Karina la Princesita vivió una situación en medio de un show que rápidamente generó repercusiones. Ocurrió en San José, Entre Ríos, cuando desde el escenario divisó una situación extrema y no dudó en frenar la música para enfocarse en ese caso, y muchos la criticaron porque le pedían que no se detuviera, que siguiera cantando, y eso la enojó.
Ocurrió que había dos menores que estaban perdidos, por eso paró todo, agarró el micrófono, y se enfocó en tratar de localizar a sus padres. “Ella es muy chiquitita y no habla, no puede decir ni cómo se llama. Está de pantaloncito rosa, de camperita animal print y no sabe cómo se llama. Mamá, papá, abuela, quien haya venido con ella, por favor miren al escenario”, comenzó.
Chicos, no quiero seguir cantando así. No voy a cortar el show, voy a seguir obviamente, pero me parece más importante esto”, lanzó Karina, para tratar de resolver el tema. A continuación, agregó: “Yo soy mamá, no puedo seguir cantando como si nada. Hasta que no encuentren a los papás de los niños perdidos no seguimos cantando”.
Por suerte, todo se resolvió de la mejor manera, siguió cantando, pero ante los cuestionamientos, habló. Mucho más tranquila, lo hizo a través de sus redes sociales. “Recibí un mensaje que me dejó pensando y necesito descargarme”, comenzó y agregó: “¿Pero cómo puede quejarse de que yo pierda tiempo, que en realidad no es tiempo perdido, cuando los chicos se pierden?”.
“Cada vez que hago un show se pierde alguna criatura y están aterradas, llorando al costado del escenario. Yo podría delegar ese trabajo pero no, yo voy a parar todo y hasta que yo no vea que esos chiquitos me dicen: ‘Sí, es mi familiar’. O yo quedarme tranquila de que no lo va a llevar cualquier persona, no pienso seguir cantando”, agregó la artista.
Luego remarcó: “Soy mamá y si aún no lo fuese no soltaría la mano a esos chiquitos hasta no ver yo misma que van con sus familiares directos o con la persona que se encargó de llevarlos. No pienso soltarlos hasta ver que eso pasa”. Y recordó: “Hace dos o tres shows, por ejemplo, una nena de nueve años se perdió, le dije que no la iba a soltar hasta que no viniera su mamá. Y me dice: ‘Muchas gracias, porque recién estaba perdida y un señor abrió la puerta y me quiso meter en su auto’. Eso lo contó en el escenario la nena”.