Faltan muy pocas horas para que Patricia Sosa se presente en el estadio Luna Park, donde brindará esta noche un concierto llamado Sinfonía Pop Rock, y ella se prepara con todo, acompañada por sus músicos y por la orquesta sinfónica de Aeropuertos 2000. “Somos 54 músicos en escena durante todo el concierto. Son mis canciones con versiones diferentes y en esta ocasión no es lo mismo", contó.
"Toqué con muchas sinfónicas en Argentina y en el mundo y uno está acostumbrado a cantar con profesionales que hace muchos años tocan el instrumento y cumplen con sus tareas. Acá la orquesta sinfónica de Aeropuertos 2000 está compuesta por chicos de sectores vulnerables y tienen entre 17 y 22 años", confió a Pronto.
Su marido, Oscar Mediavilla también está detrás del armado del mega show y aunque están en un gran momento, Patricia contó qué es lo peor de su pareja, eso que la saca de quicio y que despierta lo peor de sí. En diálogo con el periodista Nico Peralta, habló de todo y focalizó en ese punto crucial de su pareja.
-Tenés 67 años. ¿Cómo te llevás con la edad?
-Es que no tengo edad porque el documento hoy dice 67 pero me miro y me encuentro jugando como una piba de 15. No me detengo en eso y tampoco pienso: “No, esto no me lo voy a poner porque tengo 67 o no voy a decir tal cosa porque tengo tal edad”. No tengo esos años en mi mente y mi alma. Sigo adelante y no importa los años que tenga. Eso está en el documente físico pero no en mi alma.
-¿Te cuidás mucho físicamente?
-Soy vegetariana hace 25 años, me alimento muy cuidadosamente y eso lo hago hace muchísimo tiempo. No como grasas ni carne y apenas algo de dulce. Eso ayuda mucho. Soy dulcera pero no me mato con eso. Me da lo mismo llegar y cenar un mate cocido con una tostada que un guiso. De verdad me da igual, no es que tengo la cabeza puesta en eso. Comer sano me ayuda muchísimo y tener la cabeza alineada, más aun.
-O sea que la gula no te puede. ¿Cuál es el pecado capital que más tenés que trabajar?
-La pereza, sin dudas. Me encanta no hacer nada. Cuando estoy tirada sin hacer nada, igual estoy componiendo. Entonces, tendría que trabajar eso. En mi carta natal no tengo tierra. Tengo aire y agua. ¡No tengo nada de tierra! Entonces me resulta muy difícil poner los pies sobre la tierra para mí. Cuando me dicen que vayamos a tal lado a hacer tal cosa, prefiero quedarme en mi casa sin cenar y tocando la viola. No sé si a eso llamarlo pereza pero creo que entraría dentro de los pecados capitales. Me cuesta mucho. Si hubiera tenido que ir a la fiesta de los Martín Fierro, por ejemplo, me muero porque no sé qué ponerme, no me gusta hinchar con la ropa y en mis shows ni me cambio. Veo a las chicas que están desde la mañana maquilándose y emperifollándose y no me sale.
-¿Nunca fuiste así de coqueta?
-No me salió nunca y en mis conciertos utilizo un uniforme, salgo y no me cambio ni loca. Una vez sola me hicieron cambiar de vestuario unos asesores que tenía y que ameritaba para la puesta en escena pero eso me sacaba de clima. Cada vez que salía del escenario a cambiarme no me importaba nada. Entonces, todo eso me da fiaca. No sé si hace o no al espectáculo; no lo sé. Pero a mi canto, no.
-Tenés agua y aire, no tenés tierra en la carta natal. ¿Y fuego?
-Muy poco. Tengo un 25 por ciento de fuego nada más. Es raro, ¿no? Me decía mi astrólogo que no haga meditación porque con eso ya vuelo directamente. Y yo soy una meditadora tremenda. Vivo en estado de meditación. Me mandó a hacer tai chi y a jugar al tenis, al padel o lo que fuera. Cosas de tierra pero no le hice caso. Medito todos los días y no solo que medito sino que tomo clases todos los días. Escucho a los maestros de la India y todos los días me tomo clases individuales de 20 minutos que son maravillosas.
-¿En qué momento del día?
-Por lo general, a la noche. Cuando ya estoy metida en la cama, agarro la compu y tomo la clase por YouTube. Me voy a dormir pensando y reflexionando en esa clase que tuve. La meditación la puedo hacer en cualquier momento.
-¿Oscar Mediavilla se banca todo eso en la cama?
-Bueno, se lo tiene que bancar porque es así. Yo soy esto. Igualmente, cuando Oscar se queda a dormir, me pongo los auriculares. Y chau. Es preferible bancarme a mí con los auriculares meditando y no a Oscar mirando Tik Tok. ¡En la cama mirando esos videos de Tik Tok me dan ganas de matarlo! Es preferible bancarme a mí siempre. Después de la pandemia, cuando volvimos de Córdoba había casos de covid en el edificio de Oscar y por eso le pedí que se quedara en casa. Se quedó como un año y ya se fue de nuevo.
-¿El no medita?
-No, ¿qué va a meditar? ¡Ojalá pudiera meditar! ¿Sabés cómo le bajarían las pulsaciones? Oscar tiene un cohete en el traste. Es imposible. En este momento, está laburando como loco, en el estudio grabando. Y para él detenerse es perder el tiempo. Y para mí detenerme es ganarlo.
-Qué diferentes que son. El yin y el yang.
-Absolutamente. Dos energías totalmente diferentes, que podemos compensarlo. Porque Oscar labura todo lo que a mí me faltaría laburar. ¿Entendés? Todo lo que yo digo: “Háganlo ustedes”. Enterarse de la producción, el armado de escenario, el contrato de las salas de ensayo… Hay que hacer 500 mil cosas y él se encarga de eso mientras que yo compongo, salgo a tocar y me junto con mis músicos.
La entrevista completa con Patricia Sosa está en la edición digital de agosto de revista Pronto, se puede descargar y leer de manera gratuita haciendo click en este link