Alejandro Fantino es sin dudas uno de los periodistas más reconocidos y famosos de nuestro país. Generalmente todo lo que hace tiene gran llegada al público y si bien sabemos varias cosas de él, hay muchos datos desconocidos de los que no suele hablar tanto en el día a día.
Lo cierto es que el famoso tiene un hijo de 32 años, se llama Nahuel, y la historia es de película. Tiempo atrás, el periodista contó en LAM: "Cuando apareció Sandra, la mamá, yo estaba haciendo Mar de Fondo. Estaba saliendo, vino ella, con Nahuel, y me dijo 'es tu hijo'".
La mujer mantiene un bajísimo perfil y está completamente alejada de los medios. Desde sus redes sociales comparte con sus pocos seguidores imágenes de paisajes y viajes que realiza, pero no cuenta mucho más de su vida. Respecto a cómo Sandra y Alejandro se conocieron se remonta a una relación casual hace tres décadas en Córdoba. Desde entonces no habían vuelto a tener contacto.
"Él tenía 11 años. Y siento que conectamos desde el corazón. En ese momento, ellos eran miembros del Movimiento de los Santos de los Últimos Días y el primer contacto que tuvimos fue en una iglesia en Ezeiza", recordó Alejandro Fantino con ternura sobre el primer encuentro que se dio hace dos décadas.
"Hay una cosa maravillosa. Fuimos a pasear por Ezeiza. Nos sentamos en un cordón... y mirá la frase con la que rompió el hielo. Habían dos horneros saltando. Pasaban los aviones y los horneros seguían saltando. Y me dice: '¿Todos los pájaros son sordos acá?'. Eso me pareció de una profundidad enorme. Ahí dije: 'Es mi hijo'", comentó Alejandro Fantino sobre el joven Nahuel.
Respecto al haberse enterado de su hijo tantos años después, comentó con sinceridad: “Es lo mejor que me pudo haber pasado en mi vida. Y cuando vos te encontrás con un hijo que no sabés que tenés, tenés que lanzarte locamente al amor”.
"Al verlo, a los 10 minutos tenía esa conexión de padre e hijo. Es una cosa que la naturaleza ordena interiormente, es una química que está. Es como un rayo que te conecta, sale del corazón de tu hijo y conecta con el corazón del padre; ocurre. Y esa conexión surgió en el momento que yo lo vi a él, que nos conocimos y creció constantemente”.