La muerte de Mariano Caprarola sacudió al ambiente artístico. Si bien arrastraba problemas de salud vinculados a la deficiencia renal que le detectaron años atrás, luego de someterse a una serie de cirugías con Aníbal Lotocki, se venía tratando. El gran tema es que cada vez más seguido debían intervenirlo para sacarle las piedras que se le formaban en los riñones.
Justamente, para eso ingresó durante la mañana de este jueves 17 al quirófano. En medio del trabajo de los médicos, surgió una complicación, un "shock hemorrágico" y no lo pudieron salvar. Su luz se apagó a los 49 años. Con esto, se abre una nueva puerta, relacionada a lo que está viviendo Silvina Luna, y también Lotocki, que sigue libre más allá de todo, esquivando causas y muertes.
Tiempo atrás, Mariano contó detalles de los retoques, del producto que le encontraron los cirujanos cuando intentaron sacarle los implantes de los glúteos, pero nunca ahondo en detalles. Primero, evitó profundizar porque el cirujano estético era su amigo, lo conoció a través de Pamela Sosa. De hecho, recién prestó testimonio en los programas cuando se dio cuenta de que su salud estaba en juego, y que también la de otros pacientes de Lotocki, por eso salió a advertir.
Pero siempre se dijo que el cirujano está protegido, y de esto hablaron durante este jueves 17 en LAM. “Le costó mucho hablar de Lotocki en su momento porque eran amigos. Tenían relación, iba a la casa, a los cumpleaños, y conocía mucho las internas hasta que un día se empezó a dar cuenta de que no era lo que vendía”, contó Ángel De Brito.
“Tengo un mensaje de él del 29 de junio, de un día que estábamos hablando acá de Silvina Luna, y él me hablaba de la protección política que tenía Lotocki… de cumpleaños, y en esos cumpleaños había un político muy importante, y me dijo textual: ‘Si lo cuento públicamente me matan y termino en un cajón’. Vivía con ese miedo también”, remarcó De Brito.
Enseguida aportó un dato Yanina Latorre más que importante, si es que hay alguien interesado a investigar desde la Justicia, sin importarle quién está, claro. Tal vez, un tesoro para esta causa que nunca verá la luz. “Él dijo que si le pasaba algo, en la caja fuerte de su casa dejó el nombre de esta persona. Que en caso de morir, que vayan a la caja fuerte, que ahí está el nombre de la persona”.