En el marco de un nuevo ciclo de entrevistas por streaming, el doctor Norberto Furman junto al director de Pronto, Christian Banett, dialogaron con Gastón Pauls. Una charla que por supuesto tuvo un eje fundamental en la salud pero que atravesó otros aspectos de la vida del actor y actual conductor del programa Seres libres en Crónica TV, un programa que aborda con honestidad y profundidad la problemática de las adicciones. Su cruda realidad, las heridas que deja y también la posibilidad de encontrar la sanación. Un camino que el propio protagonista ha sabido transitar y ha descripto con desgarradora sinceridad.
Sobre la mesa del estudio, una estatuilla del Martin Fierro lo invita a la primera reflexión sobre ese momento en el que durante la entrega de premios se anuncia al ganador de una terna, y cómo impactan en su vida las nociones del éxito y el fracaso. "Una vez lo escuché a Juan Carlos Gené, un actor enorme, decía 'yo no voy a las entregas de premio porque siento que tengo que actuar cuando me enfoca la cámara. Y me ponen nervioso actuar que estoy contento, que ganó otro'. Hubo algo ahí que a mí me pareció interesante. A mí siempre me pusieron muy nerviosos o los reconocimientos o los abucheos pero no estoy hablando solo en el medio, estoy hablando en la vida, el maestro que te decía 'mal' o una novia que te decía 'no' o te tirabas a una chica y decías 'quiero estar con vos' y decía 'yo no'", explica Pauls y agrega una anécdota muy divertida sobre un Martin Fierro al que fue aunque terminó no entrando a la ceremonia.
"Cuando estuve nominado por mejor actor por Todos contra Juan, estaba nominado con Rodrigo de la Serna y con Julio Chávez. Y fui a la puerta de la entrega vestido de Juan Perugia, el personaje de Todos contra Juan que era alguien que quería fama, que quería recuperar la fama que había perdido. Entonces fui a grabarme y aparecía Susana Giménez y yo le decía 'Susana, soy Juan Perugia, ¿me hacés entrar? ' Los vi a todos, a Jorge Lafauci y a todos les pedía entrar como Juan Perugia. Terminé de grabar eso y me fui a mi casa porque me sentía incómodo, no quería entrar. Entonces le dije a Sebastián de Caro, que es compañero mío de Todos contra Juan, 'si llego a ganar subí vos'. Anuncian la terna, gano yo y sube Seba de Caro. Se lo entrega Lafauci y cuando se lo da le dice '¿Dónde está Gastón?'. Seba le responde, 'está en la casa´. Lafauci, 'yo lo vi en la puerta, tiene que estar acá'. En realidad había algo que me ponía un poco nervioso. Hoy si me premian lo reconozco y lo agradezco, es un mimo más dentro de lo difícil que es hacer algo en este país. no solo artístico",
Ya entrando en el tema de la salud, Norberto Furman le preguntó si alguna vez había tenido que suspender alguna grabación o función por un problema de salud. Y una nueva y graciosa anécdota sirvió para ejemplificar esa capacidad de los actores para sobreponerse a cualquier contingencia a la hpora de tener que salir al ruedo.
"En un momento compartía escena de una obra de teatro con tipos inmensos: Cipe Lincovsky, María Rosa Gallo, Juan Carlos Gené, Pepe Soriano, Lito cruz y Ulises Dumont", cuenta Gastón. "Todos pacientes míos", acota Furman (risas). Continuó Pauls: "De los mejores actores de la historia, ni siquiera de la Argentina, de la humanidad. Yo los tenía todos los días en el teatro y había uno de ellos al que le gustaba el escabio. Venía escabiado, importantemente escabiado. Yo lo veía entrar al teatro y venía zigzagueando, y me hablaba a esta distancia (pone una mano frente a su cara) y decía '¿Cómo andá, Gastoncito'. Y yo decía, 'el olor a vino que hay acá'. El tipo se preparaba y yo decía, 'hoy se cae en escena'. Se abría el telón, salía y él me tenía que hablar en una escena muy cerca y ¡no tenía olor, en escena no tenía olor! Yo decía 'esto es mágico'. Si yo lo explico me van a decir 'estás loco'".
La anécdota sirve como disparador para que el propio Gastón refiera historias propias de llegar a un set de grabación no en las mejores condiciones. "Yo también bardeé. Lo he dicho, lo digo todo el tiempo, hablo de esto en charlas, en mi programa. He hecho quilombo, tomado merca, tomado alcohol. Hay escena de Nueve reinas que estoy sin dormir claro y no tengo ningún problema en decirlo. Había algo que era más fuerte, que es patético también, porque digo 'te vas a morir en cámara' pero a la vez decís 'bueno, como sea, vamos'".
Pauls consumió cocaína durante casi 20 años y él mismo se ha encargado de narrar su camino del infierno a la sanación. Por eso su testimonio también sirve para explicar, más allá de lo emocional y mental que juega un papel tan poderoso en el tema adicciones, qué pasa en el cuerpo cuando es sometido a esa ingesta nociva durante un tiempo tan prolongado.
"Es interesante, porqjue por ahí hay gente que está consumiendo ahora, que está arrancando y que cree que solo es un problemita más. A mí lo que me empezó a pasar fue que tenía semanas donde no me podía tocar la nariz del dolor que tenía. O sea, te va raspando el tabique entero. La cocaína te la pasás por la boca y te revienta los dientes, te va quemando entero. Ojalá fuera solamente cocaína porque los que la hemos consumido sabemos que va mezclada con alcohol para bajar un poco, porque yo no tomaba pastillas, entonces de alguna manera tenía que bajar. El subidón que te da la cocaína lo bajaba con whisky. Entonces esa mezcla entre cocaína, whisky y cigarrillo, bueno, creo que ninguna de las tres va de la mano con el rendimiento ni espiritual ni físico ni anímico. El alcohol y las drogas en relación al cuerpo trae fatiga, el hígado se me ponía como una pelota de fútbol", explica Gastón, a lo que Furman acota la explicación médica: "El hígado es el filtro que tenemos. Todo lo que es tóxico no lo puede eliminar y se queda estancado. Y todos los demás alimentos que vos comés se quedan esperando el peaje y mientras esperan se fermentan, se pudren y te intoxican".
Pero el cuerpo aguantaba. Gastón, a veces sin dormir, no en el mejor estado, cuando se prendía la cámara, estaba presente. "En una de las entrevistas que yo hago en Seres libres, Gynette Reynal dice algo muy interesante: "el gran problema mío era que no se me notaba'. Porque hay gente que toma e inmediatamente te das cuenta que está mal y a veces, entre comillas, es positivo eso, porque al toque la gente te dice 'che, pará'. A los que no se les nota, la pueden ir estirando. Yo iba a rodajes o me subía al escenario después de una noche sin dormir a hacer una función que es una locura, para el corazón es un esfuerzo inmenso. Hoy a la distancia veo películas donde yo sé que escena hice sin dormir. Yo sé lo que puedo dar y lo que di. Más allá de la crítica mi interpretación es yo en esa escena di el 20% del 100 que podía dar",
Esa prestación limitada por su adicción sirve para recordar aquella recordada frase de Diego Maradona: "Qué jugador hubiera sido si no me drogaba" y a Pauls le sirve como disparador para evocar su amistad con el exfutbolista fallecido el 25 de noviembre de 2020. "Diego fue muy amigo mío los últimos 10 años de su vida. Y en una entrevista que le hago me dice 'yo entré a jugar después de tres noches sin dormir'. Que igual no sé cómo hizo porque el que ha consumido cocaína sabe que hacés un pique y te morís".
En el camino de salvación de Gastón hubo un aprendizaje fundamental que era asumir la propia fragilidad para poder primero reconocer su enfermedad y luego pedir ayuda. Siempre enfatiza una frase que se usa mucho en los grupos a los que asiste junto a otros que luchan por superar sus adicciones: "Soltá la lupa y agarrá el espejo", una idea que apunta a dejar de juzgar al otro y empezar a mirarse uno, que es donde siempre está la clave de todo. Pero no es un camino fácil.
"Es dificilísimo. Porque es una sociedad que si no te va bien, te descartan. Si no te va bien tenés 800.000 que te van a pisar para lograr lo que vos tenés. Para lograr el rol del médico, del doctor, del periodista, del actor, tenés un montón atrás, entonces tenés que estar todo el tiempo invulnerable. Para mí el gran mérito en ese sentido, que es una cosa pequeña, humilde, mía, fue poder decir 'fui derrotado, perdí; en esto, perdí'. Ese reconocimiento de la derrota en una sociedad tan exitista fue el comienzo de ganar, ahí empecé a ganar. Una vez que reconocí que había perdido", confiesa.
En otro tramo de la charla, Furman le preguntó cómo se veía dentro de 20 años y ahí aparecen en escena con fuerza Muna y Nilo, los hijos que tiene con su expareja, Agustina Cherri. "Me imagino disfrutando mucho de lo sembrado. Y eso tiene que ver con mis hijos por sobre todas las cosas, con el crecimiento de mis hijos. Yo no tengo ninguna duda de que ahí está lo más importante, ahí está el verdadero éxito o fracaso. Todo lo demás es muy relativo. Yo he hecho cosas que no me gustan y después las veían 800.000 personas e hice cosas que me parecían hermosas y la vieron cuatro. Entonces el éxito y el fracaso es muy relativo. Para mí es un éxito poder mirar a mis hijos a los ojos, que sepan quién es el padre, quien fue, quien quiere ser. "