Sebastián Pajoni cumplió 50 años y 35 de ellos con la profesión que ama: es actor, director y productor. Se da el gusto de vivir de su pasión y aceptar cada desafío que se le presenta con mucha alegría. Pisa las tablas con los pies bien puestos sobre la tierra y con las mismas ganas dirige a otros colegas en proyectos que lo mantienen siempre con ganas de seguir creciendo en estas facetas.
Nominado a los premios ACE por “La Patria al Hombro", vuelve a presentar la obra en su tierra natal, Junín, los días 1 y 2 de septiembre. Será el inicio de una recorrida por diferentes ciudades para desembarcar en noviembre otra vez en el Teatro del Pueblo. Una hermosa manera de celebrar su carrera actoral.
A continuación, una exquisita entrevista con Revista Pronto:
- 35 años ya, ¿cuándo pasó todo tan rápido, Sebastián?
En qué momento pasó todo esto. Tengo ganas de celebrarlo, celebrar la vida. Estoy en un balance. Lo más importante es estar con salud, energía para hacer lo que me gusta. Ahora, dando clases, si algo quise desde que tengo uso de razón era ser actor y este sueño de enseñar. Es mi vocación. Hace 13 años que lo hice suceder, es algo que no imaginaba. Fue descubrir una nueva vocación y hoy es mi prioridad absoluta. Me da independencia. A los 35 años protagonicé con Alfredo Alcón la obra “Muerte de un viajante”, imaginate para un actorcillo de Junín. Estaba con María Onetto y Diego Peretti, nos tomábamos un café en el Paseo La Plaza. Yo decía ‘con esto, llegué... me siento satisfecho, todo lo demás que venga ahora es yapa’. Así me siento ahora, a los 50.
- En el medio, conociste la fama en la televisión...
Tuve una época de fama grandiosa. Con Resistiré (2003) salíamos a la calle y nos gritaban en la cara los fans. Duró unos meses. Después de más de diez o doce años de novelas, la gente te conoce en la calle. A mí me agarró de grande. Cuando hice Son Amores (2002) ya tenía 28 años y venía con 13 años de profesión. Por suerte, siempre entrené y estudié, pero siempre laburé. Ya tenía un registro de venir haciendo teatro, de escribir y dirigir. Además, soy autogestor y hago esto porque no puedo dejar de hacerlo. No me cuesta si me contrata Telefe para el prime time o lo hago en el garage de mi casa, soy feliz igual.
A mis alumnos les digo que soy un actor de espacio taller. A mí me gusta el hueso de la cosa, la investigación y de hecho los laburos me los he tomado así. Tardé muchos años, empecé de grande porque me iba a hacer bolos a la televisión y no funcionaba y lo que me apasionó de eso es 'voy a entender cómo funciona esto’.
- A veces se trata de encontrar el lugar y vos lo encontraste...
Me gusta un poco todo. Me pasa que soy medio encasillable porque no sé si es que me aburro o que soy inquieto, pero voy picoteando: cuando estoy actuando mucho busco escribir, cuando estoy escribiendo mucho busco dirigir. Me interesa lo clásico, pero hago comedia musical. No soy de aquí ni soy de allá, y al mismo tiempo estoy en todos lados. No le pongo rótulo a las cosas, todo el tiempo trato de romper con eso, pero no sé si es conveniente en términos de negocio. Con 50 años, eso nunca me importó ni tampoco es necesario. Me siento satisfecho con las cosas que he podido transitar.
DE SU BODA PREPANDEMICA A LOS NUEVOS PROYECTOS
-Decidiste casarte en pandemia, ¿cómo viviste ese tiempo?
Venía de casarme, el 15 de febrero de 2020 me casé en Brasil con 140 personas. Llegamos el 28 de febrero, arrancábamos las clases con mi escuela en marzo y el viernes anterior cierran todo. Con mi asistente dijimos ‘¿qué corno hacemos?’. En cada grupo, hagamos una charla virtual y se abrió un mundo. Terminé dando 60 horas de clases virtuales semanales. Me levantaba a las 8, me hice una ficha con todos los alumnos. Terminaba a las 9 de la noche. Me esperaba El Negro, mi marido, con algo para picar. Al otro día de nuevo, con clases integradoras. Yo estaba en contra y me desafié a mí mismo. Me clavé 15 kilos encima, fue durísimo. A la noche necesitaba chocolate, algún placer. Pero la pasamos bien. Recién casados nos quedamos encerrados.
Se abrió un mundo que es el canal de YouTube donde sigo dando clases virtuales, tengo alumnos del interior y del exterior del país y el canal de tiene más de 1000 suscriptos y los videos y el contenido que subimos llegan a tener 18,000 vistas. Eso es buenísimo.
- ¿Seguís casado?
Sí, hoy sigo con Ricardo, tres años de casados, pero 12 años y medio de relación. Conocerlo a él fue armar mi nido, armar mi casa y es lo que más me importa. Todo lo que pasa afuera es para nutrir esto. Me siento en familia y disfrutamos un montón. Él es brasilero, entonces vamos y venimos todo lo que podemos porque su familia está allá. Yo iba mucho a Brasil porque tenía a mi terapeuta allá, hoy forma parte de mi pedagogía. En su casa me terminé casando con Ricardo.
Nos conocimos en Chaco porque Ricardo era jugador profesional de voleibol. Estuvimos cuatro años a distancia. Se vino e hizo la carrera en River como licenciado de educación física y el club le propuso manejar la cátedra de voley del club. Quien mejor que él, como profe y siendo campeón mundial. Lo admiro. Admirarse mutuamente en fundamental para la relación.
- Felicitaciones por eso, ¿cómo se logra sostenerlo?
Soy leonino, tardo mucho en enamorarme. El amor es más paz que pasión. No creo que cuando se termina la pasión, adiós. Creo que es al revés. Hay que generar otros lazos y ahí aparece el amor. Cuando amás lo que no te gusta del otro ahí hay algo sólido. Eso hay que practicarlo primero con uno mismo.
LOS PRÓXIMOS ESTRENOS DE SEBASTIÁN PAJONI
- ¿Con qué proyectos estás ahora?
Estoy haciendo “LA PATRIA AL HOMBRO”, que es un golazo. No tenía pensado hacer teatro, pero el año pasado me llamó Tatiana Santana. Cuando leí la obra me encantó y me lancé. Estrenamos en junio del año pasado, hicimos un año completo en el Teatro del Pueblo (Lavalle 3636), explotado. Ahora estamos haciendo giras por la provincia con muchas funciones vendidas porque habla de la educación, de cuando Sarmiento instaló el sistema educativo allá por el 1800. Es un grotesco criollo y yo hago de un puntero político. Estamos nominados al Premio ACE como Mejor obra de teatro Alternativo. Es un elenco hermoso. Tenemos función el 1 y 2 de septiembre en Junín y después vienen fechas por las provincias. Volvemos el 8 de noviembre al Teatro del Pueblo y eso me tiene contento.
- ¿Estás con otros dos proyectos como director?
Estoy también con una comida musical que se llama “UN TANGO ITALIANO” con Diego Bros y Rosana Laudani que son dos actores icónicos de la comedia musical, con una trayectoria enorme. Son clásicos italianos versionados a tango por Hugo Hoffman, que es el maestro de Tango Bardo, toca con Mora Godoy y lo conocí trabajando en un infantil. Ahí estoy como autor y director. Armé un thriller de los años ‘50, con un vestuario espectacular de Héctor Ferreira. Hay 25 cambios de vestuario. Cuenta la historia de ladrona y detective, un debate entre la pasión y la Justicia. Son 14 canciones con una banda en vivo y con una pantalla donde se proyecta la historia. Los músicos coordinan la música con los movimientos en dicha pantalla. Estrenamos el viernes 8 de septiembre en Café La Humedad, el lugar emblemático de Cacho Castaña. Las funciones son todos los viernes de septiembre y todos los jueves de octubre.
El viernes 7, un día antes, estrenamos “EL CASTING: CUALQUIER COSA TE LLAMAMOS", es una comedia hermosa con Christian Sancho y Mariana Genesio, una pareja bomba. Va a ser en el Microteatro con funciones jueves y viernes de septiembre en la Sección Golfa. Mariana es la actriz que va a hacer el casting y también el público. Christian es quien les toma el casting a todos. La elección de los actores tuvo que ver con mi escuela. Abrí un curso de profesionales después de la pandemia con Martín Cruz para alumnos que hayan trabajado mucho la técnica o con actores profesionales que quieran venir a entrenar. Mariana es alumna mía histórica, estudió conmigo antes de ser la figura que es hoy. A Christian lo conocí haciendo un Shakespeare, “Antonio y Cleopatra”, y nos hicimos muy amigos. Cuando abrí el curso se vinieron con Celeste Muriega a tomar clases. Surgió la idea de hacer la obra y propuse a Christian, a él le encantó la comedia y acá estamos.
- Lo hiciste salir de SEX a Christian...
Jajaja... él estaba terminando las últimas funciones de SEX y pasa todo esto. Cuando movemos energía, las cosas suceden. Creo en eso.
- ¿Qué actores marcaron tu vida?
Muchos. Me lo hacés pensar y se me pone la piel de gallina porque para mí es emocionante, pero tuve el placer de trabajar con los mejores actores argentinos. Ni hablar de Alfredo (Alcón) que fue la legitimación de mi niño mágico. Ver que ese actor, ese prócer cuando salíamos de la función y nos íbamos a cenar, era un nene juguetón, me sacó todos los prejuicios que yo tenía sobre mí mismo. Entendí que sólo se trata de jugar. Impresionante.
Después, Daniel Fanego, de ese vínculo de padre e hijo en “Resistiré” me enseñó algo que está escrito en todos los libros, él se ocupaba de generar entre nosotros el vínculo que necesitamos para la escena y yo entendí que solo tenía que seguirlo. Era un vínculo rígido. Teníamos una relación de padre e hijo muy conflictiva y él tiene una personalidad muy fuerte y la usaba profesionalmente. Un vínculo de amor paternar.
También Leonor Manso, nunca me voy a olvidar que el primer día de grabación, con unos nervios bárbaros atrás del decorado antes de una escena con travelling de cámara le digo “estoy nervioso” y ella me dice “yo también”. Yo le dije: “¿vos nerviosa?”. “¿Cómo no? El día que me deje de pasar eso, dejo la profesión”, me respondió.
- Pavada de personajes en Resistiré, vos interpretaste a un homosexual en esa época (2003) en la televisión...
Muchos años antes, en 1995 estudiaba con Joy Morris, una americana que nos enseñó la técnica que se trabaja allá, que la trajo Leo Sbaraglia. Éramos un grupo de actores en formación, hice un piloto donde hacía un trabajo similar. Tenía ganas de contar eso y cuando me vino la propuesta estaba haciendo un italiano mafioso en “Son Amores” pero era una gran oportunidad de cambio, junto a Celeste Cid, con quien soy amigo. Yo quería hacer un gay noble, que no necesariamente tuviera que ver con las plumas o estereotipado.
Tenía muchas ganas, no sabía si iba a ser bien aceptado y tenía miedo de que me gritaran “puto” por la calle. Pero la gente me gritó “capo”.
Tengo que decir que con mi condición sexual siempre estuve muy orgulloso. Desde que logré asumirme nunca me escondí. Mi personaje de Lupe con Fabio Di Tomaso hicimos la primera sexual gay con desnudo total, era fuerte. La gente me decía por la calle “qué personaje te tocó porque voy no soy gay”. Después hice 10 años de galán heterosexual en la televisión. Volví a hacer de gay en 2012, en “Amores de Historia” donde contamos el advenimiento de la ley de matrimonio. En todo ese tiempo me llamaron de todos lados. Fue muy lindo porque soy actor y en toda la época de “Resistiré” no quería que se juntara mi vida personal con el personaje porque sentía que me iban a encasillar. Es otra de las cosas que logré. Después pasa esto de que un actor heterosexual hace de gay y se gana el Oscar y un actor homosexual cuando se asume homosexual, dicen “mmm no se lo creo”. Yo puedo decir que los y las engañé un buen rato jajaja.
-Hablando de eso, vos cuidaste tu privacidad, desde hace tiempo...
Claro, porque no tendría que ser necesario hablar del tema privado. Lo hice como estrategia, pero sabés cuántos lo siguen haciendo como estrategia en este medio y en la vida misma. Tendrías que ser quien sos y que se entienda el trabajo del actor. En mi obra hago de un puntero político agresivo con un machismo exacerbado, y soy un actor. En aquel momento lo usé como estrategia para poder seguir laburando o poder tener variedad de personajes. Hoy digo, no tendría que ser necesario eso. Sabiendo con quien estás, no debería modificar ese juicio en las personas. Es profundo lo que digo, pero todavía pasa.