En los últimos años, María Becerra ha emergido como una de las principales artistas en la escena musical. Con colaboraciones notables como “Miénteme” con Tini Stoessel y “Qué más pues?” junto a J Balvin, ha demostrado su capacidad para conectar con audiencias a nivel mundial.
Sin embargo, detrás de cada éxito, hay un recorrido y ella no es la excepción. En diálogo exclusivo con Vogue Latinoamérica, la cantante oriunda de Quilmes se abrió sobre su viaje en la industria musical, marcado por desafíos y aprendizajes.
Una de las grandes presiones que enfrentó María Becerra fue la demanda de la industria hacia las mujeres artistas. “Lamentablemente, a las mujeres es algo que medio se pide, yo no teni´a en mis planes bailar, pero es algo que tuve que aprender a los ponchazos porque se exige de parte de la gente, de la industria, vos sola en el escenario no alcanzas y un hombre si´, no necesita bailarines”, manifestó la estrella.
A pesar de la resistencia inicial, María Becerra encontró su ritmo en la danza. “Hoy en día amo bailar y aunque siempre me gustó, la verdad es que no era buena bailando”, admitió. Su dedicación le llevó a tomar clases y esforzarse en "entender mi cuerpo, la coordinación".
María Becerra también habló sobre la tensión de interpretar canciones que no resonaban con su esencia. “No eran temas que salían de mi corazón. No me gustaban. Incluso, ni siquiera era mi voz, porque hasta en eso estaba dirigida”. Esta etapa culminó en un acto de rebelión, “Fueron tres temas que grabé así, hasta que me rebelé y me pelié con esa persona”.
El camino de Becerra no ha estado exento de baches legales. Se encontró en medio de disputas judiciales con una figura que había dirigido su carrera y que, según ella, terminó defraudándola. “Descubrimos que nos estaba estafando. Incluso terminé con un juicio, una secuencia horrible y, a veces, por el afán de una de querer llegar lejos te topas con ese tipo de personas”, confesó recientemente en una entrevista por streaming.
María Becerra dejó un mensaje para aquellos que sueñan con un lugar en la música. Aconsejó tener cuidado con quienes prometen el mundo: “En esta industria, muchas veces, te topas con gente que es muy habladora, con mucha labia y te atrapan”. No obstante, Becerra encontró su voz y se determinó a ser auténtica, “Al final me pude desprender de ese hij…de p, y empezar a escribir mis propias canciones que, tal vez, no sean las mejores, pero son mías”.
Y concluyó con una reflexión poderosa sobre su identidad y autonomía, “No quiero ser una marioneta de nadie. No quiero que me digan qué hacer, cómo cantar y cómo vestirme. Eso fue horrible. Me sentía desalmada, todo era vacío”.