Todo comenzó a partir de un mensaje por WhatsApp. Agustín Sullivan (33) estaba en medio de las grabaciones de una serie y del otro lado de la línea, José María Muscari le hacía la propuesta concreta de sumarse al elenco de Coqueluche, la exitosa comedia que se presenta en el Multiteatro con el protagónico de Betiana Blum y Julieta Poggio. “El elenco ya estaba armado, José me comentó cómo era el personaje y me dijo que le gustaría que lo hiciera. Me contó que era un chico muy intelectual, él se lo imaginaba de determinada manera y a mí me encantó el comportamiento del personaje pero estaba en medio de las grabaciones de una serie de la que no puedo contar nada por una cuestión de confidencialidad”, arranca el actor que se hizo conocido por su trabajo en Sandro de América, ficción en la que le dio vida al mismísimo Roberto Sánchez y que le valió las mejores críticas de la prensa y el público.
-¿Y qué le respondiste?
-Le expliqué a Muscari cómo venía mi agenda, por el tema la serie y los ensayos que tenía para irme a grabar a otra provincia. Me dijo que se podía adaptar perfectamente y que los tiempos le cerraban bien. Leí el guión, me re gustó, investigué sobre la obra y vi que la habían hecho Niní Marshall y Thelma Biral en los 70. Habla de una peste que hubo de tos convulsa en Buenos Aires, me gustó la historia porque es simple y a la vez divertida. Es una comedia sana y el personaje me interesó.
-¿Qué más te atrajo?
-Me gustó mucho construir el comportamiento de este personaje: cómo camina, cómo mira, lo que le pasa. Es un chico que por como fue criado por su madre, que es una actriz diva que no le dio mucha bola a él de chico, prácticamente se crió estudiando solo. No sabe vincularse con otra gente, es solitario y tiene que aprender a relacionarse con él mismo y con los demás. La llegada del personaje de Juli Poggio, que es una chica explosiva y que dice todo lo que piensa, a él lo moviliza y desestructura.
-¿Para tanto?
-Sí. Tanto lo modifica, que de pronto comienza a aprender a vincularse con ella, con él y con su madre también. Leí todo eso y me encantó el desafío. El elenco es un lujazo porque están Betiana Blum y Mónica Villa, que son dos actrices que admiro un montón. Hacer de hijo de Betiana Blum es un honor.
-¿Y Juli Poggio?
-La había visto en cosas que hizo antes y me gusta porque canta, baila, actúa y es súper completa, además de que me parece hermosa ella y su energía siempre tan positiva. Y Mario Guerci también es un divino, re copado y buen tipo. Me cerraba por todos lados. En la reunión que tuvimos los cinco actores con Muscari nació una energía muy linda y ya ahí sentí que la iba a pasar bien porque el grupo estaba bueno.
-Les está yendo bárbaro y hasta hacen doble función.
-Es una locura y ya está casi todo agotado. La gente se ríe, aplaude, grita; no sé, es una fiesta cada función.
-¿El fenómeno de Julieta y Gran Hermano ayuda a convocar público?
-Sin dudas. Supongo que sí. Estar en la tele ayuda siempre a que te vean más personas y que tu trabajo llegue a más gente y más rápido. La tele es una herramienta que nos ayuda a llegar mucho más al público y es una publicidad enorme la pantalla. Si les caés bien, supongo que el público te va a querer ir a ver al teatro.
-Ya habías trabajado con Muscari, ¿no?
-Sí. Habíamos hecho Madre coraje, en el San Martín, donde me tocó hacer de hijo de Claudia Lapacó. Era su hijo menor y fue una experiencia muy bella. Así que Muscari me pone mamás espectaculares en el teatro: primero Lapacó y ahora Blum. Hacer teatro me encanta. En realidad, me gusta mucho actuar y soy feliz componiendo personajes. Es muy distinto filmar una peli, grabar una novela o hacer una obra de teatro porque cambia mucho el trabajo pero a mí me encanta en todas sus formas. La paso bien.
-¿Seguís rodando la serie?
-Sí pero no puedo decir nada porque tengo confidencialidad. Igual todo el mundo ya lo sabe (Aunque Sullivan no lo dice, se sabe que estuvo haciendo la serie de Carlos Menem con Leo Sbaraglia y Griselda Siciliani, entre otros). Terminé hace unos días y ya comencé a rodar una nueva, que se llama El sabor del silencio y en el elenco están Gonzalo Heredia, Violeta Urtizberea, Cande Molfese, Luciano Castro, Juan Leyrado, Valentina Bassi, Sebastián Presta, Adriana Aizemberg y César Bordón. La produce Kuarzo y será para Flow. Es un thriller policial.
-¿Te queda tiempo para tu vida personal con tanto trabajo?
-No, ¡me queda re poco tiempo! Y el poco tiempo estoy re cansado. Después del estreno de Coqueluche, fui a cenar con toda mi familia, mis tíos, primos y mis amigos que me habían ido a ver al teatro y yo me dormía en la mesa. Son momentos. Uno como actor de repente está a full y después todo baja.
-¿Hacés actividad deportiva?
-Me gusta mucho la natación y venía entrenando a full pero ahora por tiempo físico dejé porque no me dan las horas. Está intermitente la idea a la pileta. Son tres meses de rodaje a full de la serie y después todo se calma. Con la obra nos está yendo bien, vamos agregando funciones casi todos los días, hacemos dobles y es una locura así que ojalá sigamos así. Nos divertimos un montón y la pasamos bien porque la obra ya está montada.
-¿Estás de novio?
-No, estoy solo hace un montón ya. Siempre básicamente. Estoy solo y me llevo bien con este estado. Soy de capricornio y eso significa que soy muy solitario. La paso muy bien solo. Siempre fui así.
-¿Te regís por la astrología?
-Estudié astrología y creo plenamente. Son energías y saber cuáles son las que uno tiene o la otra persona, ayuda a entender desde dónde uno siente y cómo uno se toma las cosas. Estudié astrología interdimensional y me encantó. Sirve para entender desde uno o la otra persona se toman las cosas. Ayuda a conocerte más y acompañar la evolución de cada uno. Todos vamos creciendo y cambiando todo el tiempo. No somos iguales que hace diez años.
-¿Creés en la vida en otro planeta?
-Sí, claro. Si existimos nosotros, ¿por qué no va a existir otro más allá? No me pasó de ver un ovni ni nada de eso pero si existimos nosotros, tranquilamente pueden existir otros. Por ahí, para otros seres de otra galaxia nosotros somos los extraterrestres. Es muy egocéntrico pensar que solo existimos nosotros.
-¿Por qué sos actor? ¿Cuándo lo definiste?
-Fue siempre, de toda la vida. No recuerdo un momento donde haya dicho: “Quiero ser actor”; eso siempre lo sentí. Te diría que desde el jardín de infantes. Miraba las películas de dibujitos de Disney y me imaginaba cómo haría yo tal escena. Sin saber que se podía trabajar y vivir de eso. Siempre estuvo muy en mí eso. También escribir. Estudié dirección en la UNA y me encanta, soy feliz siendo actor. Me divierte vivir otras vidas, otras épocas, otras situaciones.
-¿Participabas en todos los actos escolares?
-No tanto, no. Me daba vergüenza, era un alumno más. Me desenvuelvo bien pero soy bastante tímido en mi vida cotidiana. Hay mucha gente que une ser actor con ser caradura o no tímido pero no tiene nada que ver para mí. En el colegio era uno más y empecé a estudiar actuación en el taller de teatro de la escuela pero ahí nomás. Luego me anoté en lo de Norma Aleandro con la profe Micaela Tytelman. Tenía 11 años, era chiquito.
-¿Y tu primer casting cuándo fue?
-Fue muy loco. Participe del piloto de una serie que escribió Natalia Oreiro para Telefe y se llamó Grisel. La armó con Valeria Lorca, que es actriz y nuera de Norma Aleandro, y lo grabamos en 2018 pero nunca salió al aire. Resulta que en esa grabación estaba Oscar Ferrigno, el hijo de Aleandro y marido de Lorca, y se acordaba de mí de chico cuando iba a estudiar actuación a la escuela de su mamá. Ojalá se haga ese programa de Natalia porque está buenísimo.
-¿Qué otro maestro tuviste?
-Después, en la época de la secundaria, me metí a estudiar teatro con Agustín Alezzo y no me querían dejar entrar porque era chico. Recuerdo que en ese momento me reuní con Lizardo, que era el profesor que daba primer y segundo año, y me dijeron que no me daba la edad. Pero después de una charla interesante, me aceptaron.
-¿Tu mamá qué decía?
-Mi mamá, Susana, tiene una inmobiliaria y siempre me apoyó. Lo único que me dijo fue: “Terminá el colegio y después hacé lo que quieras”. Porque de chico le pedía que me lleve a castings porque quería trabajar de actor. No quería ir más al colegio porque ya vibraba en otro lado y quería laburar de actor. “Cuando termines el colegio, después vas a poder hacer lo que quieras”, me ordenó mi vieja pero lo bueno es que me dejaba ir a clases de actuación después de la escuela. Cursaba desde las 7 de la mañana hasta las 5 de la tarde y luego me iba a lo de Alezzo. Cuando me recibí en la secundaria empecé a hacer castings y a trabajar. Esta carrera es como un caminito de hormiga y nunca dejé de estudiar porque después me fui con Nora Moseinco.
-¿Seguís estudiando?
-Sí. Hace más de diez años que voy y ahora voy a clases sueltas porque no me dan los tiempos con la obra de teatro y el rodaje de la serie. A todo el mundo le recomiendo estudiar con Nora Moseinco porque es espectacular y a mí me cambió la vida y la forma de encarar los personajes.
-Te llegó la fama por la serie de Sandro pero en tele debutaste diez años antes, en Amor mío.
-Sí. Esa fue la primera vez que pisé un set. Estuve en Amor mío y ahí me tocó actuar con Jorgelina Aruzzi, con quien ahora terminé de grabar la serie de la que no puedo decir nada por confidencialidad. En el rodaje le comenté que había hecho Amor mío y ella se acordaba perfectamente. Estuve dos capítulos nomás, le conté mi personaje y ella se súper acordaba. Nos reencontramos ahora y fue un flash. Jorgelina es lo más, una genia.
-¿Sandro de América te cambió la carrera?
-Sí, te diría que sí porque me dio mucha más visibilidad. Siempre antes había actuado en Telefe: Amor mío, Sres Papis, Amar después de amar y Sandro, que también salió por Telefe. Luego vino Atrapa al ladrón. El año pasado grabé ATAV y fue la primera vez que estuve en otro canal, que en ese caso fue Eltrece. La pasé re bien y estuvo lindo. En la calle increíblemente me siguen hablando de Sandro. Cuando me paran por la calle me dicen mi nombre pero siempre alguien me comenta que me vio en Sandro.
-En lo personal, ¿cuál es tu gran sueño?
-¿Viste los niños chiquititos que todo el tiempo se están sorprendiendo porque viven descubriendo el mundo? Bueno, me encantaría seguir así siempre. No quiero perder la capacidad de asombro y no me quiero acostumbrar a vivir en modo automático. Deseo disfrutar de todas las cosas como si fuera la primera vez, incluso de la lluvia. No quiero que me dé todo igual o vivir achanchado.
Nicolás Peralta
Fotos: Gentileza Agencia AB y álbum personal Agustín Sullivan
La entrevista completa con Agustín Sullivarn está en la edición digital de septiembre de revista Pronto, se puede descargar y leer de manera gratuita haciendo click en este link