Lleva más de 20 años conduciendo y actualmente es la cara visible de El debate del Bailando 2023, por América. Trabajar en La Flia para Denise Dumas es como estar en su casa. "Entré en La Flia cuando todavía era Ideas del Sur hace muchos años con Este es el show. Después fue Sábado show, el Cantando, el Bailando, el debate en el verano, el Soñando por bailar… Fue siempre una escuela enorme para mí. Mi primera escuela fue Café fashion y luego todo lo que hice al lado de Marcelo", contó la mujer de Campi a Pronto.
-¿Café fashion fue un quiebre en tu vida?
-Sin dudas; ahí empecé a conducir. Isabela nació en 2002 y Café fashion lo arranqué en 2001. Como era modelo, un día fui de invitada y Luis Cella me dijo: “Vos tenés que conducir”. Conté un chiste malísimo y me tenté de lo malo que era el chiste. Se ve que él vio algo y me comentó que tenía que conducir. Hasta entonces, había actuado en Montaña rusa, estudiaba teatro, era modelo a pleno y nada que ver con la conducción.
-¿Y qué pasó?
-Había un convenio de que iban modelos de invitadas a Café fashion una vez por semana, me tocó un día y Luis Cella me dijo: “Te tenés que quedar, tenés que hacer algo”. Entré medio de panelista, luego se rearmó el programa y con Rolando Hanglin condujimos ese verano, luego entró Ginette Reynal y lo conducíamos juntas. Viví todo mi embarazo de Isa haciendo Café fashion, cuando nació la presenté al aire y fue hermoso. Mi hija ya está por cumplir 22 años, ¡así que imaginate! Eso fue una gran escuela y Ginette fue una compañera divina. Nos reíamos muchísimo.
-¿Alguna anécdota que puedas compartir?
-Un día, Luis Cella nos dijo: “Tenemos buenas noticias. Como nos va tan bien, nos van a poner una pileta en el estacionamiento de Canal 9 con un trampolín y con la gente que cuenta chistes se va a abrir el piso y van a caer al agua, que será toda de vidrio y se va a ver espectacular”. La cuestión es que cuando llegamos al canal, era una pelopincho, había chicas que bailaban en bikini y el agua les llegaba a las rodillas. Un pastito alrededor muy pobre y como no había trampolín, había que empujar al que contaba el chiste. ¡Llorábamos de risa! Es la primera vez que lo cuento. Eso era Café fashion y estuve tres años ahí. Ahí arranqué a conducir y luego vino todo lo de Ideas del Sur, que fue hermoso. Me di cuenta que de verdad quería ser conductora y entendí todo: comprometerme en el armado general de un programa, saber qué sí, qué no.