Mientras disfruta de hacer temporada en Carlos Paz con el musical Mamma Mia!, Florencia Peña aprovecha para compartir tiempo con sus amigos y su familia. "Felipe, que es el más chiquito de mis hijos, está acá conmigo y los dos más grandes, Juan y Tomás, van y vienen. Estuvieron conmigo en el estreno, después vinieron a pasar fin de año y van a estar yendo y viniendo. Y mi marido, Ramiro, está acá conmigo también. Como su trabajo es mucho online, no le complica", confió a Pronto.
Y se detuvo en el vínculo que tiene con Juan, su hijo del medio -fruto de su relación con Mariano Otero-, quien el año pasado celebró a lo grande su fiesta de 15 y causó revuelo en la opinión pública. "Juan festejó sus 15 años y parece que fue revolucionario. Qué se yo, quizás fue revolucionario para afuera pero para mí fue súper natural, sobre todo conociéndolo a Juan en su personalidad y como somos como familia", sostuvo.
Y agregó: "Me pareció muy divertida su propuesta de que los varones también puedan festejar sus 15 y allá fuimos. La pasamos bomba y fue una fiesta muy hermosa y muy llena de amor y de libertad. Juan nos irradia todo el tiempo libertad y esta cosa de ser un pibe que se banca lo que quiere. Y se banca ser quien quiere ser. Nosotros lo acompañamos".
-Como mamá, no debe ser fácil acompañar ese proceso cuando la sociedad no está del todo abierta a la libertad que propone Juan.
-Bueno, mirá, te lo pongo en estos términos: mis hijos están a la altura de ser mis hijos. No es fácil ser hijo de Florencia Peña y yo tengo que estar a la altura de ser la mamá de estos hijos que crié. Porque mis hijos me bancan a muerte en mi libertad. A mí también me critican mucho y ellos se han bancado siempre cómo soy y cómo quiero ser. Entonces, ¿cómo yo no voy a hacer lo mismo con ellos? Los crié en absoluta libertad. Pero sí intento inculcarles, sobre todo a Juan que es el que más expuesto está, que se banquen las críticas de la gente que no piensa igual. Tenemos todo un trabajo hecho en familia sobre las críticas y no nos importa demasiado cuando esa crítica viene de gente que no conocemos y desde un lugar que no construye.
-¿Cómo es eso?
-Claro: la crítica que construye siempre va a ser la amorosa y respetuosa, la que viene de la mano de quien te ama y te propone algo distinto. Ahora, cuando viene de un lugar de querer hacer daño, jamás podés dejar que esa crítica entre porque no suma. Y no es la crítica lo complejo sino lo que uno hace con eso. Si no dejás que eso te entre y lo dejás en la boca de quien sale, no hay nada malo que pueda sucederte. Las redes sociales están llenas de gente que no es gente y de cuentas que no son cuentas. Aparte de eso, nosotros sabemos cómo somos y la libertad tiene que ver con no hacerle daño al otro. Mientras vos con tus actos no estés interfiriendo en la vida de los demás ni estés jodiéndole la vida a otro, esa libertad es absolutamente genuina. Nosotros no le molestamos la vida a nadie siendo como somos y mi hijo festejando un 15 tampoco. Igual entiendo que algún sector de la sociedad se pone en un lugar de cierta rigidez y lo lamento porque la rigidez no te permite crecer ni evolucionar ni conectar. Pero bueno, cada uno vive la vida como puede y como quiere.
-¿Por qué decís que no es fácil ser hijos de Florencia Peña? ¿Cómo es Florencia Peña mamá?
-No, no por mamá ya que creo que mi mejor faceta es la maternidad. Lo digo por las cosas que dicen de mí y por todo lo que significa mi figura y quién soy. Soy una mina querida y también muy criticada. A lo largo de mi historia me han hecho muchas operaciones mentirosas y dolorosas y que he tenido que atravesar por pensamientos políticos. Entonces, no es fácil para ellos tener una mamá a la que se la critica bastante. Ellos conviven bien con eso porque saben quién soy y cómo soy, y desde qué lugar hago las cosas. Mis hijos saben qué cosas me movilizan y somos una familia muy unida, de mucho diálogo. Cuando me preguntan cuál es mi mayor éxito, siempre digo que mi familia. Me pude desarrollar en mi carrera de una manera increíble, cumplí muchos de los sueños que tuve y que tengo, vivo de lo que me gusta, hago lo que amo desde los siete años, me sigo subiendo al escenario y sigo vibrando pero la realidad es que es difícil tener una carrera como la mía y a la vez una familia conformada como la que tengo. No es nada fácil, tengo tres pibes y armamos una familia sólida, divertida, llena de emociones constantes. Nos encanta estar juntos y ese es mi mayor logro: haber podido hacer las cosas que quise en mi vida y a la vez tener la familia que formé.
-Juan es verborrágico al extremo y perfil alto mientras que Toto es el polo opuesto.
-Sí, son re diferentes. Toto es un ser muy hermoso, con un corazón enorme y muy respetuoso de las libertades. El es chef, nada que ver, y se especializa en pastelería. Ahora está con pastelería fit, probando recetas con harinas distintas, no tan procesadas. Hace cosas distintas, es muy divino y súper reservado. No en su vida social sino con respecto a mi fama, quién soy yo y el lugar que ocupo. También es muy respetuoso de Juan y le parece divertida la personalidad de su hermano. En la fiesta se mandó una coreo, va para adelante como trompada y es el que más se parece a mí, mientras que Toto es lo opuesto y no puede creer ser tan diferente a su hermano. Eso le divierte mucho, se quieren y se respetan pero son muy distintos. Toto tiene el deber ser del primero. Fui madre a los 28, tenía mil laburos y a Toto lo llevé conmigo a todas partes. Se crió conmigo en los teatros, viajando con Marley, al aire en El show de la tarde y él venía mucho conmigo. Mamó de adentro ese mundo pero nunca le interesó. Siempre supo que era mi mundo pero no el suyo ni lo que él quería para su vida.
Por Nico Peralta // Fotos: Luis Varela
La entrevista completa con Florencia Peña está en la edición digital de enero de revista Pronto, se puede descargar y leer de manera gratuita haciendo click en este link