En enero del 2007, Andrés Calamaro y Julieta Cardinali estrenaban el título de 'papás' con la llegada al mundo de Charo. La nena fue el broche de oro de esa relación que había comenzado en 2005 y que terminó en diciembre del 2010 apenas 5 meses después del casamiento.
Lo cierto es que a lo largo de su vida, la actriz procuró preservar al máximo la privacidad de su hija y sólo con algunas excepciones, logró mantener un bajo perfil.
En la adolescencia, Charo abrió su cuenta de Instagram en la que hoy por hoy cuenta 22 mil seguidores y a los que les va mostrando algunos momentos de su vida.
Se sabe que la joven es que tiene un gran interés en la moda, que ha realizado algunos desfiles pero no se sabe a ciencia cierta si al finalizar sus estudios, continuará estudiando algo relacionado con todo eso o si elegirá otro camino. "Termina este año el colegio y la gran pregunta es qué va a hacer. Le digo que busque algo que le guste porque de eso se trata. Ella va por el lado artístico, pero no sabe bien qué le gusta y tiene ganas de ir a la facultad también. Está investigando", explicó Julieta en una entrevista.
Afortunadamente, sus papás no ponen presión sino todo lo contrario: "A los 17 años se insiste mucho a los chicos porque tienen que decidir qué van a hacer el resto de su vida. Veo a Charo y a sus amigas con un nivel de estrés tremendo y les digo que estén tranquilas, que si empiezan una carrera y no les gusta, hacen otra y está todo bien".