La historia de Jimena Campisi y Tomás Costantini, que comenzó como un cuento de amor y terminó convirtiéndose en uno de terror. Se conocieron a fines de 2011, y en febrero del año siguiente la modelo quedó embarazada. Aunque el embarazo fue deseado, ese hijo estuvo lejos de unirlos. Hoy, 12 años después, Campisi reclama la cuota alimentaria y exige que Costantini esté presente en la vida de su hijo. Hasta ahora sin mucho éxito.
Todo comenzó un caluroso verano en Carlos Paz. Campisi estaba haciendo temporada en las sierras cordobesas y empezaba a llamar la atención de los medios y él era uno de los solteros más codiciados. El intercambio de chats fue creciendo y nació el amor. A días de conocerla, el hijo de Eduardo Costantini, abandonó las exclusivas playas de Punta del Este y se instaló en Córdoba para acompañarla.
El romance marchaba sobre ruedas y los jóvenes se mostraban muy enamorados. A tal punto que a tan solo dos meses de comenzar a salir, decidieron tatuarse el nombre del otro como símbolo del amor que los unía.
El heredero del emblemático museo conversó con PRONTO en 2012 y declaraba: “Quiero tener hijos con ella. Es la mujer de mi vida y está marcada a fuego en mi piel para siempre. Incluso volvería a apostar al matrimonio”. Tomás estuvo casado con la modelo, Lorena Ceriscioli en 2007 y un año más tarde le puso punto final a la relación.
Sobre que lo había enamorado de Jimena, el empresario afirmó: “Me gusta Jime toda. Llegó a mi vida en el momento justo. Es la mujer más alegre que conocí en mis 30 años. Me saca de mis preocupaciones y me lleva a otro lado”. Por su parte, ella decía: “De Tommy me atrapó todo. Pensaba que era distinto, tenía prejuicios, pero encontré a un hombre muy caballero y atento”. La fama de mujeriego no le había jugado una buena pasada hasta entonces.
Para mayo de ese mismo año, la pareja anunciaba felizmente el embarazo de Jimena: “Fue totalmente buscado. Es más, yo fui el incursionista de la idea, y tuve que convencerla a Jime con que era buenísimo que sucediera”, aseguraba Costantini a PRONTO. Tomás aparentaba estar entusiasmado con la idea de ser padre y revelaba que “todas las noches duermo con las manos sobre la panza de Jimena, estoy muy ilusionado con la idea de convertirme en papá”.
La flamante futura mamá era más cauta en sus respuestas y admitía que “nunca pensé que en tan poco tiempo me iba a enamorar y a quedar embarazada. Aunque estamos esperando un bebé, todavía nos estamos conociendo”.
La pareja fantaseaba cómo serían como padres y mientras él se negaba a cambiar pañales, al mismo tiempo decía que se veía cumpliendo otras tareas: “Yo no tengo problemas en bañarlo, en llevarlo al jardín, en darle de comer, en jugar y hasta dormir con el bebé”. Y agregaba: “Igual eso lo digo ahora: cuando nazca, creo que voy a ser el primero en hacer todo”.
Pero de la noche a la mañana, el panorama cambió y los futuros padres primerizos dejaron de lado el romanticismo y comenzaron una guerra que continúa vigente hasta hoy. Un mes más tarde de aquel gran anuncio, la rubia juntaba sus valijas y abandonaba el elegante departamento en el que vivían.
“Empezó a salir, y había veces que pasaban tres días seguidos y no volvía al departamento. Un día llegó muy borracho, nos peleamos fuerte y llamé a mis papás para que me vinieran a buscar”, relataba la modelo a PRONTO. Añadía: “Embarazada tuve que ayudarlo a subir las escaleras y acostarlo. ‘No puedo seguir más con esto’ dije”.
Sin dar muchos detalles sobre lo que ocurrió, Campisi confesaba haber sufrido un episodio de violencia: “Me zamarreó. Llamé llorando a mis papás y me mudé”. Sobre una posible reconciliación, Jimena fue clara al decir que “hoy, sinceramente, no hay vuelta atrás. Hice todo el esfuerzo y puse todo de mí para recomponer la situación”. Angustiada sostenía: “No quiero ahondar en este tema porque es fuerte lo que pasó. Se fue todo de las manos, nunca imaginé que esto podía pasar”.
Mientras el embarazo seguía su curso y la panza de Jimena comenzaba a crecer, la madre de Tomás, Teresa Costantini, exigía en la televisión que la modelo se sometiera a un ADN para demostrar la paternidad de su hijo. “Me cayó mal lo que dijo, y no entiendo cómo una mujer que es madre puede pensar así”, molesta declaraba Campisi.
Alejada del padre de su futuro hijo, la modelo volvió a su Carmen de Patagones natal a esperar la llegada de Milo. “Lo voy a anotar como Milo Campisi y está en él hacerse cargo o no del bebé. De la boca para afuera, él dice una cosa, pero por adentro no se que va a hacer”, sostenía la rubia.
En noviembre del 2012, a días de convertirse en madre, Jimena habló con PRONTO e hizo una grave denuncia: Tomás hacía tres meses que no pagaba la obra social y corría el riesgo de no poder internarse para poder tener a su bebé. “Eduardo Costantini, el padre de Tomás, se hizo cargo y depositó el dinero. Si no tenía la cuota al día no iba a poder internarme”, manifestaba.
La llegada de un hijo es un momento muy esperado por los padres, Jimena lo afrontaba como podía, sola, triste y sin la compañía del padre del bebé. “No lo necesito a Tomás porque prefiero estar sola que acompañada por una persona como él. No estuvo durante el embarazo, y encima en los primeros meses se encargó de hacerme sufrir todo lo que pudo”, decía.
El 14 de noviembre de 2012 nacía Milo y para sorpresa de Campisi, Tomás viajó a Carmen de Patagones junto a su mamá Teresa, a conocer al pequeño de la dinastía Costantini. “Pensé que Tomás se iba a quedar más tiempo, pero llegó, anotó a Milo y se fue”, declaraba la madre primeriza.
Desde antes de nacer hasta el día de hoy, el trato de Tomás Costantini con su hijo siempre fue el mismo: infrecuente. Jimena confesaba que pasaba días sin preguntar por él y el trato llegó a ser hasta por mail, ya que una novia del momento de Tomás no le permitía ponerse en contacto.
Eduardo Costantini, el abuelo del bebé, estuvo más presente que su padre y a pesar de su apretada agenda siempre se hacía espacio para verlo. “Con Eduardo tengo la mejor relación. Me manda mails todos los días y me llama. Yo se lo llevo si o si una vez por semana o más”, afirmaba.
Varias veces Jimena intentó que Milo y Tomás tuvieran una relación. Recurrió a la justicia en reiteradas ocasiones para hacer valer los derechos de su hijo y reclamar un régimen de visita y cuota alimentaria: “Primero fue a través de abogados, pero ahora es más fácil ponernos de acuerdo nosotros. Nuestra relación es bipolar: una semana nos llevamos bien y otra, a las patadas”.
La semana pasada, Jimena volvió a recurrir a los medios para revelar la dura situación de su hijo: "Hoy peleo para que mi hijo tenga la cuota que le corresponde, que mantenga el mismo nivel de vida que sus otros tres hermanos". Y agregaba: "Hace cuatro años que no lo ve, por decisión propia, tanto él como toda su familia".
Tomás por su parte rehízo su vida con Micaela Dalla Libera, y juntos tuvieron tres hijos: Santino, Valentino y Faustina. En 2022 dejaron Nordelta para irse a vivir a Miami por proyectos laborales de él. En medio del escándalo se conoció la separación de Costantini y Dalla Libera.
Hace 12 años que Jimena lucha en la Justicia por el derecho de Milo, hace 12 años que le dan la espalda y mantiene a su hijo sólo. Hace 12 años un padre que tiene todas las posibilidades de darle una buena calidad de vida a su hijo, elige hacer de cuenta que no existe.