Tras la separación de Pampita, la vida de Roberto García Moritán dio un vuelco. La familia que había formado con la modelo se esfumó, al menos de la manera en que estaba armada, viviendo en el mismo hogar, y se quedó sin su trabajo en la política, ese que tanto anheló.
A raíz de esto, se internó por voluntad propia en la clínica adventista de Entre Ríos, en busca de recuperar su salud mental y el equilibrio perdido. Estuvo sin internet, sin celular (se lo daban en momentos puntales), y ya le dieron el alta.
El primer impacto fue enterarse de que Carolina ya rehízo su vida amorosa con Martín Pepa, y que el romance viene muy en serio. Un dato no menor, porque según contó Yanina Latorre, él soñaba con reconquistarla, y hasta la habría llamado llorando, implorando otra oportunidad.
Lejos de todo esto, este fin de semana se reencontró con su hija Ana. Pasó todo el sábado con ella y con Delfina, su otra hija, que juega al fútbol y la fue a ver. A través de sus redes sociales se mostró con la nena.
Fueron dos historias: una en la cancha, a la que le agregó: “Papá”, y un emoji de un corazón rojo. Y la otra en su casa, jugando en el piso con ella, y la frase: “Siempre con papá”. El detalle es que se ven dos celulares sobre su pierna…parece que necesita ponerse al día luego de tanto tiempo sin usarlos.