Desde que Jorge Lanata fue internado a mediados de junio, su esposa, Elba Marcovecchio, y sus hijas, Lola y Bárbara, han estado inmersas en una guerra mediática y judicial sin precedentes.
Las hijas del periodista solicitaron la determinación de capacidad de su padre, argumentando ante la jueza que Elba no era la persona adecuada para apoyarlo y acompañarlo. La acusaron de robar pertenencias de su padre, aislarlo de su entorno e incluso de atentar contra su salud. Por su parte, la abogada contraatacó, no solo desmintiendo cada una de las acusaciones, sino también exponiendo una serie de hechos que dejaban mal paradas a las hijas de su esposo.
En medio de esta disputa, Elisa Carrió declaró como testigo en la causa. En LAM, Ángel de Brito leyó parte de la declaración de la abogada y política, quien detalló su relación con Lanata, a quien conoce desde hace más de 30 años.
Carrió explicó que conoció a Marcovecchio en febrero del año pasado en la casa que el periodista tiene en Punta del Este. “Me pareció encantadora. A Jorge se lo veía mirarla con amor y admiración, parecían dos enamorados. Yo estaba contenta porque conozco su vida, su lucha, su historia y cómo amaba a su familia: a sus hijas y a sus exesposas, pero también sé que estaba muy solo. Los que estamos solos sabemos lo importante que es tener a alguien que te brinde amor y ternura”, manifestó.
La política relató que en noviembre del año pasado los invitó a almorzar en Punta del Este: “Fueron con un acompañante de Jorge, ya que estaba en silla de ruedas. En ese almuerzo, le dije a Elbita que iba a abrir un estudio jurídico y que me encantaría trabajar algunos casos con ella, porque Jorge me hablaba maravillas de su trabajo como abogada. Lo hice porque confiaba ciegamente en él”.
Carrió destacó que la relación entre Lanata y Marcovecchio era la de “dos enamorados” y contó: “Yo llamaba a Jorge con frecuencia para saber cómo estaba, y ella siempre me respondía: ‘Está bien, va a salir adelante’”.
Agregó que en agosto le llevó un caso de divorcio, lo que permitió que se vieran con más frecuencia. “Un día, no recuerdo si fue a fines de agosto o septiembre, la vi temblando. Cuando la clienta se fue, le tomé la mano y le pregunté qué pasaba. Casi quebrada, me dijo que el diagnóstico de Jorge era complicado, que había que trasladarlo porque en el Hospital Italiano la especialidad era su respiración, pero que también necesitaba tratamiento neurológico. Tenía que elegir un lugar cercano por si surgían complicaciones respiratorias”, detalló.
Carrió también reveló que Marcovecchio le confesó entre lágrimas que tenía problemas con una de las hijas de Jorge. “Me dijo que una de ellas le había enviado una foto de un video mientras Elba estaba en el departamento donde dormía Jorge, y que se sentía amenazada”, relató. Carrió le aconsejó que el perdón era lo mejor que podía suceder.
Finalmente, Carrió concluyó: “La relación entre Jorge y Elba siempre me pareció excelente, y recé para que él se salvara. El último día que la vi, me comentó que era posible que hubiera daño neurológico, que Jorge podría no reconocer a las personas y pasar de estar lúcido a vivir en el pasado. Pero que había un 10% de posibilidades de recuperación, y ella no quería perderlo”.