En 2015, Alejo Lagouarde alcanzó la fama tras consagrarse como el ganador de MasterChef Argentina, uno de los reality shows más exitosos de Telefe. Su participación en el programa fue motivo de controversia, generando tanto admiradores fervientes como detractores. De hecho, en su momento causó tal revuelo que incluso se organizó un cacerolazo en su contra, algo poco común en el ámbito de los realities culinarios. Hoy, varios años después de su salto a la fama, Lagouarde continúa dedicado a la cocina y se ha consolidado como un profesional en el sector gastronómico con su propia empresa de catering y una presencia notable en plataformas digitales.
Actualmente, Lagouarde dirige Alejo Lagouarde Catering Co., un emprendimiento que le permite fusionar su pasión por la gastronomía y su deseo de compartir conocimientos. Con su empresa, ha logrado afianzarse en el rubro y trabaja arduamente para cumplir su meta de ser uno de los cocineros más reconocidos de Argentina. En una entrevista con Clarín, Alejo detalló su dedicación: “Quiero tener el mejor catering del país, el número uno, y ser un cocinero muy reconocido. Trabajo para eso, soy como un deportista de alto rendimiento: estoy 100% abocado a mi empresa, trabajo 12 horas diarias, investigo todo el tiempo, viajo a buscar utensilios y especias, la cocina es mi vida”.
Además de su empresa de catering, Alejo se ha adaptado a las nuevas formas de compartir su trabajo y ha desarrollado un canal de YouTube llamado Cocinando con Alejo Lagouarde, donde enseña recetas y técnicas a sus seguidores. También tiene una fuerte presencia en Instagram, plataforma en la que suma más de 75 mil seguidores, y colabora regularmente en el programa Mañanísima, conducido por Carmen Barbieri en Ciudad Magazine, donde despliega su talento culinario y conecta con el público desde otra faceta.
La vida de Alejo no ha estado exenta de dificultades. En 2022, el chef enfrentó serios problemas de salud que lo obligaron a someterse a una operación en Francia. En una aparición en Mañanísima, relató cómo llegó a este punto: “Lo que yo tenía era un dolor inaguantable en la espalda, a la altura de las lumbares. Dos discos estaban completamente dañados, y el dolor era insoportable”. Según contó, el problema, una extrusión de los discos vertebrales, lo llevó a ahorrar durante mucho tiempo para poder realizarse una cirugía especializada en Francia, donde fue operado por el propio inventor de la prótesis, el doctor Jerome Allen. La intervención, que le costó lo mismo que comprar un auto, fue una inversión en su calidad de vida y en su carrera, permitiéndole retomar sus actividades con plena salud.
Tras su recuperación, Alejo ha continuado trabajando incansablemente en su empresa y sigue explorando el mundo de la gastronomía. A lo largo de estos años, también ha viajado por todo el país dando charlas y cursos, lo que le ha permitido ganar notoriedad y compartir su pasión por la cocina con miles de personas. Este recorrido no solo le dio visibilidad, sino que lo consolidó en el ambiente gastronómico y le permitió construir una base sólida para su emprendimiento.