El 24 de febrero de 2006 no fue un día más en la fabulosa vida de Susana Giménez. Estaba en su casa de Miami cuando recibió un llamado telefónico que, como ella misma contó, hizo que "casi muera de dolor". Jazmín, su adorada mascota había fallecido. "El desenlace era esperable pero así y todo fue un golpe al corazón porque era mi vida. Siento que me falta un pedazo de mi vida". Habían compartido 14 años.
La historia de amor entre Jazmín y su dueña surgió cuando ella transitaba un tiempo de desamor. Casada hacía cuatro años con Huberto Roviralta y en medio del exitazo de Hola Susana, cuando regresaba a su casa sentía que el tedio la invadía. Según contaría su marido manejaba con maestría un arma letal para asesinar convivencias: el aburrimiento. Compartían casa, pero ni horarios ni pasiones. Descartado buscar un amante, Susana pensó "Me compro un perro o me voy a morir".
Decidida eligió un Yorkshire. Su adorada amiga, China Zorrilla tenía uno y le había asegurado que era una raza que se caracteriza por su inteligencia, su fuerte personalidad y fidelidad. Cuando se lo entregaron, aunque era un perro macho, Susana lo bautizó con un nombre femenino, Jazmín. En brazos de la diva se convertiría en la mascota más famosa de la Argentina.
Susana comenzó a ir con Jazmín a todos lados. La acompañaba a la tele y permanecía sentado en su regazo mientras a ella la maquillaban o peinaban, también estaba presente en notas y producciones. Viajaba con su dueña en el auto de su casa al canal y compartía butaca en primera en los vuelos a Miami o a cualquier otro destino. La diva le daba cuidados de estrella. Tuvo estilistas personales y hasta un placard exclusivo. Pero jamás tuvo -como se dijo en algún programa- sábanas de seda y un bebedero con aplicaciones de oro.
Inseparables, cuando en 1998, Susana se separó de Roviralta, Jazmín entró en la disputa. Su tenencia fue uno de los puntos más complicados del divorcio. "La tenencia, le correspondería a Huberto Roviralta: él estaba en la casa mucho más que ella, él fue quien integró al perro como miembro de la familia", sostenían los abogados del ahora ex. Sin embargo, fue Susana quien se quedó la tenencia y no compartida de la mascota. Como era un perro de raza, la diva tenía un certificado de pedigrí a su nombre, lo que convertía a Jazmín era un bien personal y no ganancial y a Su, en su única dueña.
La diva jamás ocultó su amor incondicional por Jazmín. "Es como un hijo para mí. Es el compañero más fiel que tuve a mi lado", aseguraba en PRONTO y afirmaba que "Por Jazmín estoy haciendo cosas que ni siquiera por mi hija hice. Es único para mí es como una persona. Es un ser noble que estuvo en los buenos momentos y en los malos también".
En 2005, su mascota humanizada le dio un pequeño susto cuando sufrió una insuficiencia valvular y debió llevarlo de urgencia al hospital de animales de Miami, donde se encontraba. "Se porta muy bien, y el único disgusto que podría llegar a darme sería que se muriera. Porque el amor y la fidelidad que me brinda día a día son incondicionales". Además desmentía que Jazmín estuviera deprimido por falta de actividad sexual. "Tiene hijitos por todos lados. Le han llevado varias novias y no ha tenido problemas con eso.
A imagen de su dueña, Jazmín se convirtió en un imán para los fotógrafos y periodistas. Si un notero se acercaba sin permiso a Susana, gruñía y ladraba sin parar. Un hecho curioso ocurría cuando salía a pasear por los alrededores de la mansión de Susana. Solían acompañarlo una mariposa y otras veces, una paloma. Si la diva tenía sus fanáticos, Jazmín también.
Los mimos a Jazmín eran incesantes, incluso si implicaban algunas decisiones dudosas para alguien tan amante de los animales como Su. En junio de 2003 invitó a su programa un miembro de Greenpeace y mientras hablaban del cuidado del medio ambiente y en contra de la matanza de animales, la diva reconoció que usaba tapados de piel de verdad "porque me gustan mucho". Pero no solo los lucía ella, también le mandó a confeccionar un tapadito de auténtica piel a su amada mascota.
Cuando Jazmín cumplió 10 años se vivió una situación entre graciosa, increíble y bizarra. En Intrusos aseguraron que Jazmín había sido atacado por dos dogos entrenados para despedazarlo. Esto habría sido realizado por un ex chofer resentido por su despido que ideó una venganza secreta contra su ex empleadora. Enterado, Jorge "Corcho" Rodríguez, su pareja en ese momento había logrado ocultado el hecho reemplazando al Jazmín original por otro.
A Susana la noticia le pareció un disparate, pero como buena conocedora de los medios decidió no tomar el toro por las astas pero sí a Jazmín por la panza. Abrió su programa con el perro en brazos y mirando a cámara aseguro: "Son unos desgraciados. Tengo que hacer esto para que dejen de decir pavadas. ¿Cómo me lo van a cambiar y no darme cuenta? ¿Se creen que soy tonta? Todavía no tengo Alzheimer".
La historia de amor entre perro y dueña siguió. Acostumbrada a estar rodeada de asistentes, Susana solía hacerse tiempo para sacar a pasear a Jazmín por las calles de Barrio Parque. Pero la vida, los años pasan para todos, incluso para uno de los perros más mimados y cuidados de la Argentina. Con quince años, una avanzada edad para un yorkshire, la salud de Jazmín comenzó a fallar.
Empezó a padecer una insuficiencia cardíaca y renal, mostraba una agitación constante y los estudios indicaban que además tenía agua en sus pulmones. Susana lo llevó a los mejores especialistas y hasta mandó a construir una camita al lado de la suya para poder cuidarlo día y noche. "Ahora todo es cuestión de tiempo. Estoy muy triste pero está muy viejito y ya no hay nada que se pueda hacer."
El 24 de febrero Jazmín murió "un hijo, el compañero más fiel que tuve a mi lado", como lo describió la diva. Susana ordenó enterrar a su mascota en el jardín de su mansión porteña. Lo hizo en el lugar favorito de Jazmín pero también en un lugar visible al que ella puede mirar cada vez que entra su casa. Para despedirlo con la misma dignidad con la que vivió mandó a colocar una placa de mármol que resumía su historia de amor. En el frío mármol se puede leer un cálido: "Jazmín, mi compañero eterno".
Con la colaboración de Giselle Billordo