Vanesa Carbone, quien fue en su momento una figura del espectáculo argentino y llegó a ser chica Playboy en 2007, ha dejado las luces de los escenarios y las cámaras para dedicarse a su verdadera pasión: las ciencias forenses. Con un pasado mediático que incluyó trabajos en modelaje, teatro y televisión, y relaciones que la mantuvieron en el foco de los medios, como su vínculo con Carlos Tevez, Carbone ahora es reconocida por su rol como directora de la división de criminología y criminalística en la Sociedad Argentina de Trastornos de la Personalidad y Psicopatías (SATP).
Desde muy joven, Vanesa Carbone sintió fascinación por la criminología, un interés que surgió tras ver la película El Silencio de los Inocentes, que despertó en ella una curiosidad especial por el análisis de la conducta humana. Sin embargo, en su adolescencia, su pasión no tenía un camino claro en Buenos Aires, ya que la carrera de criminología aún no estaba disponible. Decidida a estudiar algo relacionado, comenzó a estudiar Derecho y obtuvo su primer trabajo como asesora en el Congreso, donde colaboró con dos senadores y un diputado. Pero a los 22 años, su vida dio un giro: el modelaje irrumpió en su vida y la llevó a abandonar sus estudios y el Congreso para adentrarse en el mundo del entretenimiento.
Durante su carrera en los medios, Carbone fue ganando visibilidad y trabajó con figuras importantes. Estudió teatro y llegó a participar en producciones televisivas como Fort Night Show, en donde conoció al cantante Luis González, su actual esposo. A lo largo de esos años, también trabajó en programas de televisión junto a Mauro Viale y Martín Liberman, así como en Animales Sueltos e Infama. Sin embargo, su interés por la criminología nunca desapareció y, en 2017, finalmente pudo retomar el camino que había soñado desde joven.
Ese mismo año marcó un cambio crucial en su vida, ya que no solo se recibió de licenciada en Ciencias Forenses en la Universidad Siglo XXI, sino que también nació su hija, Malú. Este momento fue decisivo para su decisión de alejarse definitivamente del espectáculo y volcarse por completo a su carrera en las ciencias forenses. “Siempre supe que quería convertirme en la madre que me hubiera gustado tener”, confesó, haciendo referencia a la búsqueda de un equilibrio entre su vida profesional y su rol como madre.
Hoy en día, Carbone está comprometida con su labor en el SATP, donde además de dirigir el área de criminología, se dedica a investigar temas complejos como el grooming y el cibercrimen. Su trayectoria en el ámbito académico también es destacable: se desempeña como docente en la Universidad Abierta Interamericana (UAI), en la materia de Técnicas de Perfilación Criminal, y es investigadora forense en el Observatorio de Cibercrimen, dirigido por la fiscal Daniela Dupuy.
A través de sus redes sociales, Vanesa comparte ocasionalmente momentos de su vida, aunque ya muy alejados del glamour que caracterizó su paso por el espectáculo. Su contenido actual refleja la seriedad de su nueva profesión y el compromiso con el análisis forense. La vida personal de Carbone también ha evolucionado. Desde 2014 está casada con Luis González, con quien formó su familia, y juntos construyen una vida en la que prima la estabilidad y el compromiso con sus ideales.