La muerte de Roberto Giordano, a los 75 años, pegó fuerte en el mundo del espectáculo. Más allá de sus causas judiciales, y de todo lo que atravesó, con condenas que se fueron acumulando (la última fue en mayo de este año por insolvencia fraudulenta), el mundo del espectáculo supo rendirse a sus pies.
Quien supo estar cerca del estilista que hizo famosa la frase: “Moviendo las cabezas” y “Qué noche, Tete”, ingresó al Mar Dai para una cirugía coronaria. Tenía un marcapasos y debía hacerse un recambio. En el medio de la intervención tuvo un paro cardíaco y no lograron reanimarlo.
Giordano vivía desde hace muchos años en Montevideo, Uruguay, con Mirta, su primer mujer, con quien había vuelto más o menos en pandemia. Y quien era cercano y amigo de él, era el periodista Gustavo Delcanzi. “Horrible y triste noticia…decirles que hablé con él ayer”, contó en América Noticias.
“Había viajado hace unos días a Buenos Aires para cambiarse el marcapasos. Tuvo un inconveniente en la aorta, era una doble cirugía, y había que hacer un trabajo de restitución ahí, y sobre las 3 de la tarde tuvimos la penosa y horrible conformación de que Roberto nos había dejado”, soltó.
Por otro lado, recalcó: “Ayer hablé con él, y me había dicho que había resulto prácticamente todos los temas judiciales y que este fin de semana, que son las elecciones en Uruguay, venía para acá, y que la semana que viene nos íbamos a ver para hacer una nota. Incluso bromeamos con el pelo, porque ha visto al aire y me dijo que tenía el pelo feo…y le dije que me los cortara…hasta eso habíamos bromeado”.
“Me dijo que lo que le quedaba para hacer, que era el cambio de marcapasos, una situación relativamente sencilla, y la semana que viene nos íbamos a ver en Punta del Este. Decir que aquí en el Uruguay no tenía ningún inconveniente, había resuelto todos sus temas y caminaba sin problemas”, siguió Descalzi.
Sobre la cirugía, remarcó: “Yo lo veía apocado, decaído. Cuando nos encontrábamos se le iluminaba la cara, hablábamos de la época de oro. Pero estaba preocupado por esta intervención, por eso me escribió ayer. Voy a guardar ese audio, su voz fresquita, como un tesoro. Voy a decir una guarangada, pero no sé si en ese mensaje quiso decirme algo, tal vez estaba viendo que esta situación era más complicada”.