Roberto Giordano, icónico peluquero y figura mediática de los años noventa, dejó un legado más allá de la moda y sus extravagantes desfiles. Entre sus frases memorables, una se convirtió en un verdadero símbolo de la cultura popular: “No me peguen, soy Giordano”.
El origen de esta frase se remonta a noviembre de 1995, tras un superclásico entre River Plate y Boca Juniors en el estadio Monumental. Al finalizar el partido, Giordano se vio envuelto en una situación caótica mientras intentaba abandonar el lugar. Ante la amenaza de ser agredido por algunos hinchas, exclamó desesperadamente: “¡Por favor, no me peguen! ¡No me peguen, soy Giordano!”. Aunque el estilista sufrió agresiones y tuvo que ser internado al día siguiente, el episodio rápidamente fue replicado por programas de televisión, transformándose en un clásico de la pantalla argentina.
La frase alcanzó tal popularidad que, casi una década después, se volvió a mencionar en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Durante una nota del programa Caiga Quien Caiga (CQC), Gonzalito Rodríguez la utilizó para bromear con el estilista mientras estaba en la tribuna apoyando al equipo argentino. En un momento de exaltación, los hinchas, a instancias del notero, simularon golpearlo, lo que llevó a Giordano a molestarse, aunque luego ambos aclararon que se trataba de una actuación.
Además de esta frase, Giordano es recordado por otras expresiones que marcaron su carrera mediática, como “Qué noche, Teté” y “Moviendo las cabezas”. Sin duda, “No me peguen, soy Giordano” es un testimonio de cómo un episodio desafortunado puede transformarse en parte del folclore popular argentino, inmortalizando al peluquero como un personaje inolvidable.