Casi un año después del estreno de La Sociedad de la Nieve, la película que retrata la tragedia de los Andes y se convirtió en un fenómeno global, Enzo Vongrincic, el rostro más visible del film, volvió a los medios para compartir un lado menos conocido de su experiencia: una dura batalla contra la depresión tras el éxito que lo llevó del anonimato a la fama en un abrir y cerrar de ojos.
Desde el corazón del casco viejo de Montevideo, en el emblemático Café Brasilero, Vongrincic dejó de lado su bajo perfil y ofreció una entrevista íntima a GQ México y Latinoamérica, donde habló sin filtros sobre el impacto emocional de este vertiginoso cambio en su vida. El actor uruguayo recordó que, tras meses de rodaje y un intenso proceso que incluyó la pérdida de 20 kilos, su regreso a Montevideo fue más complicado de lo que imaginaba. "Fueron días muy oscuros", confesó. "Pensaba que nada tenía sentido, que lo que había logrado no importaba. Me sentía perdido en mi propia ciudad".
La situación alcanzó su punto más crítico cuando, tras completar el rodaje en España, Enzo decidió quedarse un par de semanas en Madrid para recuperar el equilibrio emocional antes de regresar a Uruguay. Fue allí donde vivió una experiencia tan inesperada como transformadora.
Una tarde, impulsado por la necesidad de desconectar, tomó un tren al azar y bajó en una estación desconocida. Mientras almorzaba en un restaurante bajo un sol recién aparecido, un hombre llorando se le acercó para pedirle dinero. Lejos de ignorarlo, Enzo lo invitó a sentarse con él, dando inicio a una conversación que lo marcaría profundamente.
“Me dijo que había sido neurocirujano y que su vida cambió tras la pérdida de su esposa, al punto de no encontrarle sentido a nada”, relató Vongrincic. La charla lo conmovió, especialmente cuando el hombre le aseguró que sus manos ya no eran las suyas, sino "las manos de Dios", y se despidió con una enigmática frase: “Si un día tenés un problema en la ruta, yo voy a estar ahí para ayudarte”.
A pesar de lo surrealista del momento, este encuentro desbloqueó algo en el actor. “Fue como si ese hombre me hubiera devuelto la fe en todo lo bueno que estaba viviendo”, reflexionó. A partir de entonces, Enzo logró volver a Montevideo con una perspectiva renovada, valorando las oportunidades que le había traído el éxito y reconociendo que incluso en los momentos más oscuros, siempre hay lugar para la esperanza.