Este viernes Mauro Icardi se apersonó en los Tribunales para cumplir con el pedido del Juez de familia que está manejando su divorcio de Wanda Nara. El jugador del Galatasaray llegó acompañado por Elba Marcovecchio, una de sus abogadas para realizarse las mismas pericias psicológicas a las que se sometió la mediática.
Al llegar al lugar, la abogada lo despidió y se fue a un bar para esperarlo. En ese momento, los cronistas le preguntaron su su defendido estaba dispuesto a hablar y ella no dudó: "Sí, claro, Está muy abierto".
Pero la clave está en la respuesta que dio cuando le pidieron opinión sobre el encuentro que habían tenido Mauro, la China, Wanda y L-Gante la noche anterior en Gardiner y Elba sorprendió: "Raro. Muy raro".
Más que lo que dijo, fue el modo en que lo dijo y la cara de desaprobación que hizo. En realidad, los que conocen a Elba creen que ella le hubiera aconsejado a Mauro retirarse del lugar una vez que la vio llegar, o al menos, acortar su permanencia en el lugar aún cuando él había hecho reserva previa y Wanda no.
La base de todo esto es que en las conclusiones de las pericias de Wanda se dejó por escrito que se pedía que las partes mantuvieran distancia para evitar 'futuros conflictos'.
Imposible de saber el punto de vista de Marcovecchio abiertamente porque ella prefiere mantener reserva.