La separación de Pampita marcó un quiebre total en la vida de Roberto García Moritán. En menos de dos semanas, se tuvo que mudar, renunció a su trabajo como Ministro de desarrollo económico de la Ciudad y se internó en una Clínica Adventista para liberarse de la angustia y el estrés.
Pampita por su parte, focalizó sus energías en sus hijos y en el trabajo. Lejos de mostrarse abatida por el fin de su matrimonio, eligió poner su mejor sonrisa y avanzar. La modelo no sólo cumplió con cada uno de sus compromisos sino que empezaron a llegarle nuevas propuestas de trabajo que ella no rechazó. A la par, se hizo el tiempo para empezar a conocer a Martin Pepa y también para viajar con sus amigas a París.
En estos días en los que Roberto se quedó a cargo del cuidado de la pequeña Anita a tiempo completo, sintió la necesidad de compartir un momento muy íntimo y familiar con Lucila Fernández Llanos, su mamá. El empresario hizo la reserva en uno de sus restaurantes favoritos y el miércoles por la noche, comió allí con sus dos mujeres. La gran ausente esta vuelta fue su hija Delfina, que no pudo acompañarlos porque tenía otros compromisos.
En sus redes, Roberto compartió fotos de su mamá y su hija disfrutando juntas, una escena que necesitaba ver, sobre todo tras el escándalo mediático que sobrevino a su separación.