En medio de la inmensa felicidad por el embarazo de su segundo hijo, Jimena Barón tomó una decisión cargada de emociones: cremar los restos de su padre, Jorge Guevara, fallecido hace una década. La actriz compartió este proceso con sus seguidores a través de sus redes sociales, donde reflexionó sobre la compleja relación que los unió.
Meses atrás, Jimena había visitado el cementerio y descubierto que los restos de su padre no estaban en el lugar esperado. Tras hallarlos, explicó que le costaba tomar la decisión de cremarlo. Finalmente, dio ese paso y expresó sus sentimientos con profundo dolor y honestidad.
“Más de 10 años me costó esto, porque la decisión de cremarte era un trámite pendiente que me inventé. Me hacía la que tenía una decisión que tomar que en realidad no existía porque ya no quedaba nada, y eso duele tanto”, escribió.
Desde su experiencia, Jimena confesó cuánto le afectaron el abandono y las dificultades emocionales de su padre: “En realidad siempre me doliste vos, muchísimo. Tu abandono, tu incapacidad en el amor, tu amor, tan complejo e injusto. Tu vida fue demasiado tuya, viejo, nos merecíamos mucho más. Me partiste el corazón con esa imposibilidad, esa ausencia y ese ego”.
En su relato, la actriz también reflexionó sobre el impacto que tuvo esa relación en su autoestima y su manera de vincularse con los demás: “Me dejaste los patrones culo al norte, me dejaste la autoestima por el piso, me hiciste naturalizar mendigar cariño y aceptar poquito y nada. Me hiciste extrañarte horrores y no entender nada, pero aceptarlo y buscarte y quererte y perdonarte. Jamás me enojé, solo quise desesperadamente que me quieras, y yo, papá, me merecía mucho más que eso.”
En otro tramo de su testimonio, habló del difícil proceso de sanar: “Me hubiese gustado que seas mi héroe y yo tu princesa, como los papás y las nenas, pero me tocó enderezar un árbol muy torcido. Elegí entenderte, perdonarte y amarte, pero qué difícil me la hiciste. Tal vez me sentí fuerte recién ahora, con esta panza grandota, con mi familia entera y derecha. Ahora que entendí qué era lo que tenía que enderezar porque entendí el daño y sus consecuencias”.
Jimena concluyó su mensaje con un conmovedor deseo: “Te amo, papá, aunque hayas sido mi gran incapaz en el amor. Te voy a hacer árbol porque yo salí soñadora y alegre, y me gustaría, cuando tenga casa y pasto y tus nietos anden por ahí pululando, sentarme a tomar unos mates con vos y mostrarte que, a pesar de todo, yo estoy finalmente haciendo las cosas bien.”
Finalmente, compartió una curiosa anécdota que vivió el día que su padre murió: “El día que falleció mi papá, yo estaba mirando por la ventana y un pájaro se chocó el vidrio adelante mío y se murió. Hoy, cuando volví con las cenizas, entró una pluma a mis pies por la terraza. El dibujo de los caballos lo hizo él, el año que falleció (que él me avisó que se iba a morir) y paradójicamente murió ahogado”, relató mostrando la ilustración.