En los últimos días, el nombre de Evangelina Anderson apareció en todos los programas del mundo del espectáculo y no por buenos motivos. Es que la modelo y su esposo Martín Demichelis atravesaron unos días difícil luego de que muchos aseguraran que estaban atravesando una fuerte crisis matrimonial.
Para todos fue una sorpresa cuando los rumores de una pelea entre el director técnico de River y la mediática empezaron a sonar, ya que son uno de los matrimonios más consolidados del mundo del espectáculo, por eso para muchos fue una tranquilidad cuando la propia Eva desmintió cualquier crisis posible.
Juntos formaron una familia junto a sus tres hijos, Bastian, Lola y Emma, quienes se criaron en Alemania y vinieron a vivir a la Argentina recién el año pasado cuando su padre consiguió trabajo en River.
Fue en ese momento de tantos cambios que la modelo habló de su rol cómo madre de sus tres hijos y contó cómo se relaciona con ellos.
“Soy un poco de todo. Si bien trato de cumplir el rol de mamá poniendo límites, también charlo, los escucho, les doy consejos, accedo cuando tengo que acceder. La verdad es que trato de hacer lo mejor, nadie es perfecto. Soy maestra jardinera, me recibí cuando ya había empezado a trabajar en la tele, y aunque nunca ejercí, de alguna manera aplico con mis hijos todo lo que aprendí”, contó Evangelina Anderson en una entrevista con La Nación.
“Me gusta investigar, saber qué es lo mejor para ellos, buscar herramientas para cada situación, prepararme para diferentes procesos, como el cambio de mudarnos de Alemania a la Argentina. Estoy bastante encima de su educación y trato de nutrir sus valores cada día”, agregó la modelo en ese momento.
Es tanta la cercanía con sus hijas, que incluso ella ya se están metiendo en el mundo de la moda y el espectáculo. “No lo toman como un trabajo, es diversión para ellas. Cuando nos proponen hacer alguna campaña o desfile, lo hablo con ellas y siempre dicen que sí. La chiquita [Emma, apodada cariñosamente Abrojito] es una loca del modelaje y la actuación. Lola está en la preadolescencia y la escucho cuando me dice: ‘Mamá, esto lo podés subir a las redes, esto no’. Me pone límites y yo la respeto”.