Mirtha Legrand preparó un gran agasajo para celebrar sus 97 años. El evento fue en su casa de Palermo, donde alrededor de las 20.30 empezaron a llegar los 45 invitados. Una de las premisas fue la de no llevar regalos. La Chiqui aclaró que no le hace falta nada, y que por la situación del país no quería que se pongan en gasto.
Por supuesto, el foco estaba puesto en la lista, porque, de antemano, había una serie de ausencias llamativas. Por lo pronto, una de ellas la de su nieto, Nacho Viale, que se encuentra de vacaciones, disfrutando de la nieve. Pero, además, hasta la propia Mirtha confirmó que su gran amiga Susana Giménez no iba a ser de la partida.
“Está de vacaciones en Miami”, dijo y esta noche, cuando salió a hablar con la prensa, aclaró: “Me me mandó un saludo grabado, lo voy a pasar mañana (en La Noche de Mirtha)”. Un rato después, más precisamente 21.15, la diva se hizo presente en la fiesta.
“Recién me bajo del avión, y vine para acá. Es sorpresa, ella no sabe nada”, fueron las palabras de la conductora mientras se iba abriendo paso. Y fue literal, porque no tuvo tiempo ni de cambiarse. Fue con el vestido con el que llegó. Incluso, hasta lo dijo de manera suave, para que no la escuche la Reina Madre de la televisión, que ya estaba dentro de su departamento.
¿Qué pasó adentro? Desde las redes sociales de LAM mostraron el instante en el que la Su ingresó y enfiló para la mesa principal, que tenía a Mirtha en la cabecera, por supuesto. A sus lados tenía a Jairo, que cantó, dio un mini recital, y del otro Adrián Suar.
Legrand estaba hablando con ellos, cuando se repente le avisan la anfitriona gira la cabeza, y la vio. Quien perdió ahí fue Suar, ya que Marcela Tinayre le pidió la silla y el lugar de privilegio para Susana. Antes de ocupar el lugar, saludó al resto con un beso general.