María Garay es una cantora nacional con 56 años ininterrumpidos de historia artística, en los que ha llevado en alto las banderas de la música ciudadana por Argentina y el mundo. Es la última exponente de su generación que se encuentra en actividad.
Su repertorio está poblado de clásicos de nuestro cancionero, tales como “Pasional”, “No me esperes esta noche”, “Sabor de adiós”, “Malena”, “Tarde”, “Gracias Buenos Aires”, “Chuzas”, entre tantos otros.
Esta vez, llega al mítico teatro Astros de la calle Corrientes para ofrecer su último espectáculo: “Sabor de adiós… LA DESPEDIDA” en el que recorrerá toda su historia, desandando sus canciones más populares con invitados especiales. Además contará sus vivencias con grandes del tango como: Tita Merello, Goyeneche, Alberto Castillo, Nelly Omar; cantando canciones de estos referentes a modo de homenaje.
Completarán el espectáculo un trío de músicos bajo la dirección de Tony Gallo, la participación de las nuevas generaciones tangueras en las voces de Marisa Garay y Milagros Amud; y un gran ballet dirigido por Oscar Héctor.
María Garay estuvo como invitada de Te Veo Pronto, quién comparte la mesa del ciclo dispuesta a disfrutar de un enorme recorrido por su carrera, compartiendo viajes por el mundo y anécdotas de gran calibre: como aquel rodaje de la película "Corazón musical", donde conoció a grandes estrellas como Tony Bennett: "Sisi, estuve con él", recuerda sorprendida.
Pero no todo es felicidad y nostalgia, durante la entrevista la interprete también repasa algunas dificultades y miserias de su entrega artística: a corazón abierto habla sobre el accidente que tuvo arriba del escenario en 2013, uno muy similar al que terminó con la vida de Sergio Denis.
Luego, casi llegando al final de la conversación junto al doctor y la periodista Sol Mengoni, y bajo la mirada de una de sus hijas, Marisa; quien la acompañó a participar, María supera ese trágico momento de la manera en la que mejor sabe. Cantando a capela con una potencia desgarradora: "Cantar para mí es sublime, es algo que me brota del alma en el momento que sea".
- ¿En tu familia todos cantan?
Sisi, desde mi papá, (antes no sé). Mis hermanos, si. El mayor de mis hermanos fue cantor de una orquesta que se llamó Lorenzo Barbero que es cordobesa, pero hizo pie muy fuerte acá, fue uno de los cantores más importantes. Mi hermano Miguel, Oscar también, y Daniel fue el que hizo toda su carrera en Europa. Pero la que se dedicó enteramente fui yo acá, en mi país. Yo dije de acá no me muevo. Voy hacia otros lugares; viaje muchísimo, pero este es mi lugar.
- Estuviste en Japón, ¿Cómo reciben allá el tango?
Maravillosamente. Pero ellos tienen ya una cultura de tango muy antigua también, porque lo conocieron a partir de los años cuarenta. En el año cincuenta llegó acá una orquesta que se llamó la orquesta de Tokio, con la cantante Ranko Fujisawa que era una cantante que no sabía español, cantaba por fonética. Y tuve la gran alegría de conocerla, pero 30 años después en Japón. Ella tenía un programa de televisión, también trabajaba en radio.
- Tenes la emoción a flor de piel todo el tiempo, ¿Cómo te llevas con eso en el día a día?
La música es mi alimento. Pero he tenido dificultades muy serias, como el accidente que tuve en el año 2013 en el festival de la Falda. Me caí del escenario, como Sergio Denis, lamentablemente. La diferencia es que abajo no había nada, entonces no me golpeé la cabeza contra nada y en el instante en que di el paso en falso me puse de costado y caí con todo el peso del cuerpo en el brazo. Había negligencia en ese lugar. Yo esperé dos años para ver qué respuesta tenían, pero fue un maltrato y un destrato total el que recibí, mi brazo se hizo pedazos, me lo salvaron los médicos del Allende: me pusieron placa en el codo y dos clavos tengo. Estuve muchos meses para recuperarme.
- ¿Durante todo ese tiempo estuviste pudiste seguir cantando?
Los primeros meses no, porque la verdad los dolores eran espantosos. Después hice kinesiología... y ahí recupere el brazo en un porcentaje bastante importante. Lo supere por ese amor enorme que me brota desde que nací por el tango, y no solamente se queda acá esta herencia emocional, sentimental, sino que ahora sigue también en los descendientes. Mi hija es una gran cantante.
- Tenes una dulzura muy similar a la de Mercedes Sosa...
Gracias. Yo creo que podes tener una gran voz y no tener llegada, o no sentís lo que se siente para llegar. Eso no se compra en ningún lado.
- Tuviste una participación en una película que se filmó en París, que estaba llena de celebridades como Pink Floyd, Pavarotti, entre otros... ¿Te los cruzaste?
Si, nos cruzamos en algún momento durante las filmaciones. Había una barrera que era el idioma cierto, pero estaba la otra que era la mutua admiración digamos. Y me sorprendía gratamente ver como conocían el tango. Esa película se llama Corazón Musical en español, y estaba Tony Bennett también. Estuve con él, si si. La película era precisamente una recopilación de lo que fue la música popular del mundo durante lo que fue el siglo xx hasta esos años, que fue creo que en el año 86.
Yo fui a París a cantar a El Trottoirs de Buenos Aires, que era un lugar tanguero. ¿Saben que público tenia yo? Los punk, toda esa gente. Entonces fui por 40 días, me quedé tres meses. Fui para hacer una sesión por día y tuve que hacer dos, fue un éxito enorme. Eso también me valió tener una nota en El Observateur. Y todo eso me sirvió para hacer un espectáculo en El Empire, que se llamaba María Garay Tango Show. Yo siempre salí con mi nombre, con mi gente: con mis bailarines, los músicos bajo mi responsabilidad, pero contratada.
Ahí llegó tu hija... ¿Marisa, vos también sos cantante?
Yo canto, canto. Tenemos un clásico a dúo, que es El Choclo. También hicimos Los garay, con mis dos tíos, mi primo: algunos cantan, otros tocan el saxo. Mi hijo que acompañó en el piano. Estamos todos en la misma sintonía. El arte cuando es genuino fluye.