Cecilia Dopazo, fue entrevistada por La Once Diez/Radio de la Ciudad y confesó que “siempre tuve canas, desde muy joven y encima era algo a ocultar. Era una carrera que no se terminaba nunca, cada ocho días tenía que retocarlo, y teñirme. Mucho tiempo, mucha plata y mucha energía”.
“Una especie de esclavitud durante muchísimos años. Y cuando llegó la pandemia, no había peluquería, no podía salir, fue la justificación perfecta, después me empecé a acostumbrar a verme con canas”, contó durante el ciclo radial Agarráte Catalina.
Asimismo, reconoció que “es una de las mejores cosas que me pasó, porque somos muy esclavas de la Cultura. Obviamente cuando empecé a dejarme las canas porque tuve el miedo de que no trabajo nunca más, porque estamos atravesados por una cultura en que las canas son sinónimo de vejez y yo dije listo, no trabajo nunca más, porque estamos muy condicionadas y obligadas las mujeres a evitar el paso del tiempo”.
Y cerró que “pero a mi representante le dije que iba a probar, que si preguntaban algo es que tengo una peluca muy buena, y la verdad que fue lo contrario a lo que pensé, nunca tuve tanto trabajo en simultáneo”.