Entró en la casa de Gran Hermano para conseguir un lugar en el medio y mal no le fue: si bien ya está afuera de la competencia, Sabrina Cortez (29) recibió la buena noticia de que mañana volverá a ingresar al reality de Telefe y está dispuesta a darlo todo. Oriunda de Mendoza, vivió en distintas provincias por el trabajo de sus papás -fueron militares- y actualmente se afincó en San Miguel. Recientemente separada de su novio de los últimos ocho años, la rubia de ojos claros asegura estar soltera pero se le endilga un incipiente romance con Alan Simone, a quien conoció adentro de la casa más famosa del país.
En diálogo con Pronto, Sabrina contó su historia de vida a fondo y comenzó por el principio, en Mendoza. “Soy mendocina: nací en la capital pero en ese momento mis viejos vivían en Tupungato y ahí pasé mis primeros años. Como mis viejos eran militares, justo cuando nací estaban viviendo ahí pero después nos mudamos por muchos lados”, contó.
-¿Militares de qué rama?
-Papá, Carlos, es músico y era director de banda y mamá, Marina, es bioquímica. Los dos trabajaban para los militares. Papá se formó dentro del cuerpo y mamá primero fue bioquímica y después quiso ser militar. Ahora está jubilado mi viejo pero mi mamá sigue trabajando en una farmacia. Aunque por su enfermedad, está con un decreto de necesidad y urgencia y no está yendo.
-¿Qué enfermedad tiene?
-Cáncer de mama con metástasis en los huesos. Está bien, llevando el tratamiento adelante y dándolo todo. Le pone mucha garra y nosotros como familia la acompañamos en todo. Tengo dos hermanos y yo soy la del medio. Mi hermano mayor, Gastón, tiene 30 años y la más chica, Macarena, 28. Nos llevamos todos un año.
-¿Ellos a qué se dedican?
-Gastón es ingeniero automotriz y con Maca las dos somos contadoras. Nos recibimos juntas el mismo día en la Universidad de Luján. Como había una sucursal de la uni cerca de casa, en San Miguel, estudiamos ahí.
-¿Cuánto viviste en Mendoza?
-Dos años y luego nos mudamos a Buenos Aires, donde estuvimos tres años y después nos fuimos a Neuquén por otros cinco años. Todo eso por el laburo de mis viejos, a quienes los iban trasladando. Luego de eso, regresamos a Buenos Aires y nos instalamos en San Miguel.
-¿Sufrías el desarraigo de chica?
-No. Nosotros lo vivíamos como algo natural. Fuimos a 80 colegios y sabíamos que nos teníamos que mover todo el tiempo, dejar a nuestros amigos y armar una nueva vida en otro lugar. Dejar a los viejos y volver a adaptarnos en un grupo nuevo. Por eso siento que ese fue un beneficio al entrar en la casa de Gran Hermano ya que me adapto fácilmente a las personas.
-¿Así que no sufrías despegarte de tus amigos?
-Obviamente que cuando te vas llorás y te movilizás pero después todo comienza de nuevo. También ves lo bueno de lo que va a venir y nos pasaba un poco eso. En la escuela encima me iba súper. Siempre me gustó estudiar y me iba bien. Nunca me llevé una materia. Pero lo que más nos costó fue pasar de Neuquén a Capital.
-¿Por qué?
-Porque nos mudamos primero a Las Cañitas y los colegios eran nada que ver. En Neuquén no teníamos inglés, para que te des una idea. Pero como mi mamá es profe de inglés, nos enseñaba en casa tipo particular. Nos preparó ella en inglés y llegamos a Capital con una base pero nada que ver con el nivel que tenían los chicos de acá. Ninguno de los tres se llevó materias.
-¿Qué era de tu vida hasta que te anotaste en GH?
-Estaba ya laburando de modelo e influencer. Me manejaba en las redes y cuando salió el challenge para Gran Hermano, mis seguidores me insistían para que me anotara. Lo hice, completé el formulario y jamás imaginé que me iban a llamar. Sin embargo, un día sonó el teléfono y acá estoy.
-¿Tuviste que pasar por muchos castings?
-Sí, por una banda. Habrán sido cinco o seis. Igual creo que fui la última a la que eligieron. Habrán dicho: “Necesitamos a una más o menos con este perfil, vayamos con Sabri”. Hablándolo con la producción, me dijeron que me eligieron por mi personalidad y mi carisma. Se nota cuando uno va pasando los castings y es auténtico, sin postura ni mentiras. Imagino que mi capacidad de adaptación también fue fundamental para que me seleccionaran para ingresar a la casa. Los productores tienen que saber que las personas a las que meten en la casa tienen que durar y no cualquiera lo puede hacer. Es una experiencia heavy.
-¿Qué fue lo más difícil de estar ahí adentro?
-No tener el afecto de tu familia, tus amigos y tu gente y un poco querer encontrarlo en tus compañeros. Pero lo peor es que no conocés a nadie de los que están adentro de la casa y quizás nunca termines de conocer la vida de cada uno. Frente a cámaras, muchos no cuentan o no quieren contar quiénes son realmente, entonces conocés una parte pero no a la persona en su totalidad.
-¿Quiénes fueron con los que primero pegaste onda? ¿Y a quién te costó llegar más?
-Al principio, con los que más onda pegué fueron Emmanuel, Rosina y Alan. Creo que los que más se me pegaron fueron Emma y Rosi apenas llegué. Y Alan y Luchi después también estuvieron un montón. Con los que más me costó acercarme fueron Joel y Furia. Con ella ni me interesaba.
-¿Por qué no te interesaba Furia?
-Porque me sentí súper maltratada por ella. No fue un buen momento para mí y me costaba ver la parte graciosa y divertida de ella sin ver lo malo y lo violento. Furia grita mucho, maltrata y vivir 24 horas con una persona así es muy complicado. En la tele arman clips y muestran lo más copado pero es muy difícil ella. De los 22 participantes, le podés preguntar a todos y van a decir que es súper difícil convivir con Furia.
-¿Por qué creés que la gente la sostiene y la sigue bancando?
-Porque creo que tiene un lado carismático divertido y está jugando muy bien. Entonces, si analizamos el juego, es una gran participante. Muestra lo que la gente quiere ver. Eso siento. Después también hay mucha gente que no la banca y no la apoya y eso se ve reflejado en los votos cuando va a placa. Mucha gente que antes la apoyaba por graciosa, después se dio vuelta y dijo: “Bueno, no, hasta acá. Esto ya me parece un montón”.
-¿Y con Joel? Ustedes se conocían de antes de entrar en GH.
-Sí pero había sido un cruce esporádico en una plaza de San Miguel, con lo cual casi ni nos conocíamos. Yo estaba tomando mate, él se acercó a saludar y después cruzamos algún mensaje en Instagram pero ni nos conocíamos. Como personas, no nos conocíamos. Dentro de la casa sentía que podía acercarme porque era al único que alguna vez había visto pero Joel se terminó aliando con Juli y grupos que no me conectaban. Por eso no nos dimos bola adentro de la casa.
-¿Y afuera tampoco hubo un acercamiento?
-Sí, afuera nos llevamos súper. Pero es complicado porque estamos todos a mil. Aparte Joel volvió a entrar en el repechaje y nos cruzamos poco. Alguna vez hemos salido a bailar en grupo pero no mucho más. Yo me llevo bien con todos los que están afuera del reality.
-¿Con Alan qué pasa?
-Nada, ¿por qué?
-Se los relaciona.
-Sí pero te juro que no pasa nada. Nos estamos conociendo pero como amigos, no desde el lado amoroso. Seguimos compartiendo mucho afuera de la casa y él es una persona que me acompaña y me cuida. Nos la pasamos yendo a los programas, casi no tenemos tiempo de estar con nuestras familias y él sigue siendo la persona que más confianza me da y quien mejor me hace sentir. Por eso es con quien más tiempo comparto hoy por hoy. Charlamos temas de la vida personal de cada uno que no podíamos delante de las cámaras. Nos estamos conociendo cada vez más pero no sé si estamos llevándolo para el lado del amorío.
-¿Y si se da?
-Si se da, se da y todo bien. Siento que ahora estamos muy metidos en el programa y no nos estamos dando el tiempo que requiere conocerse desde otro lugar. Aparte yo vengo de separarme después de ocho años de noviazgo con Brian, mi ex.
-¿Cuándo te separaste?
-Cuando salí de la casa de Gran Hermano. Si bien estuvimos ocho años juntos, en el medio tuvimos un impasse de un año y pico. Tuvimos dos separaciones medio largas y obviamente que me pasaron cosas adentro de la casa con Alan, que terminaron afectando mi relación anterior. Ese no fue el motivo de la separación pero influyó. De todos modos, yo ya quería separarme antes de ingresar al reality. Tengo que procesar todo lo que me está pasando.
-Para terminar de entender, ¿hoy en qué situación estás?
-Soltera. Me separé de mi ex y estoy sola. Con Brian convivíamos y él se fue de la casa que compartíamos. Todo tiene solución, por suerte. Cuando nos íbamos a separar, se me dio lo de GH y se pospuso como también se fue posponiendo otras tantas veces. Tomar decisiones no es sencillo, hay que hacer una mudanza y eso ahora fue inevitable.
-¿El se fue de la casa?
-Sí. Lo resolvimos como pudimos. Hubiese estado bueno que fuera más organizado pero no se dio así. Se hace lo que se puede. Yo me quedé en el departamento y él se fue. Ya no tengo nada de mi ex. Se llevó todas sus cosas y yo me quedo con la manutención del departamento. Le verá qué hace de su vida.
-Mañana volvés a entrar a la casa. ¿Cuál va a ser tu estrategia?
-Principalmente, quiero mostrarme tal cual soy y que los chicos conozcan a fondo mi personalidad, que me llevó a conquistar mucha gente afuera cuando salí. Quiero que vuelvan a ver a la Sabrina con personalidad fuerte y capaz de ganar liderazgos. Por sobre todo, mi estrategia va a ser jugar para el afuera. Estando de este otro lado, muchos nos dimos cuenta de que es fundamental jugar para la gente. Quiero volver a entrar para hacer un juego mucho más arriesgado; a todo o nada.
-¿Quién te gustaría que gane?
-Me encantaría que gane Rosina o el Chino. Rosina es una persona especial, única, alegre y siento que no la van votar ni adentro de la casa ni afuera para sacarla. Es muy difícil que se mande una cagada como las que se están viendo. Brinda algo mucho más sano que Furia y mucha gente quiere ver eso. Apuesto por Rosina.
-¿Y Martín?
-El Chino al principio estaba bastante dormido jugando al piedra, papel o tijera y luego se despertó. Se posicionó muy bien, sabe que no le debe nada a nadie y que es muy hábil ganando las pruebas de liderazgo. Está manejando él quién se le acerca y quién no. Se dio cuenta del poder que tiene, eso le sirve mucho en el juego y creo que puede encaminarse para la final.
-¿Qué buscabas cuando te anotaste?
-Encontrar un lugar en los medios y laburar en la tele. Me encantaría hacer un programa por streaming. Eso me parece súper relajado y me atrae el formato. Es un ambiente que me gusta y me hace sentir cómoda. Los programas de tele también me divierten pero lo único que no haría sería trabajar de panelista chusma. Es la única faceta que no me gustaría probar. El otro día, alguien me dijo que re daba para un noticiero y tampoco lo descarto. Le quiero dar para adelante y probarme en algo nuevo, ya sea teatro, actuación, tele, redes. Tengo mucha energía para dar lo mejor de mí.
-¿Por qué en el casting de GH te definiste como “una Barbie camionera”?
-En realidad, me preguntaron cómo me veía mi gente, mi familia y mis amigos. Y dije que las chicas siempre me comentaban que de afuera parezco una Barbie pero cuando abro la boca la cago. “La gente debe pensar que sos súper delicada y fina pero hablás y se te va el decoro”, me repetían. Es real, soy bastante boca sucia y no soy delicada. Por eso mis amigas me dicen que soy como una especie de Barbie camionera; Soy así nomás.
Nicolás Peralta
Fotos: Gentileza Telefe y @belugalarph
La entrevista completa con Sabrina Cortez está en la edición digital de marzo de revista Pronto, se puede descargar y leer de manera gratuita haciendo click en este link