Soñabas con conducir un programa de música o de entretenimiento, sin embargo en La casta está en orden volvés al humor político.
En las entrevistas me suelen preguntar, ¿qué te queda por hacer? ¿qué te gustaría hacer? Y yo voy más o menos por cosas que no he hecho. El humor político de algún modo lo he tocado, sobre todo en Caiga Quien Caiga. Pero La casta está en orden será diferente. Llegué porque me convocaron y en general no lo hacen para eso que vos soñás hacer, sino para lo que ya saben que hiciste y que podés hacerlo más o menos bien.
¿Cuál será la gran diferencia con CQC?
No es un programa de cronistas sino un programa de humor basado en secciones, en informes, en la presencia de uno o más invitados y en la interacción con actores caracterizados como dirigentes políticos de la actualidad.
CQC fue pionero del humor con efectos especiales. La casta ¿será pionero en el humor con inteligencia artificial?
No sé si pioneros porque en redes lo vemos todo el tiempo. La inteligencia artificial fue como el boom del año pasado. Empezamos a encontrarnos con voces de gente que ya no está entre nosotros hablándonos de vuelta, haciendo cosas que no hizo, imágenes en las que no podíamos distinguir si estamos viendo algo real o algo falso. Todo eso que estalló ahora estará puesto al servicio del humor en este programa. Habrá secciones en la inteligencia artificial para hacer hablar, por ejemplo, al general Perón, a Raúl Alfonsín y a tantos otros.
Muchas veces la realidad supera la ficción. En La casta, el humor, ¿supera a la realidad?
Está difícil. Es un momento donde la realidad está superando largamente a la ficción. Ya contando, haciendo un recorte interesante de la realidad ya nos alcanza. Pero vamos a ponerle, por supuesto, sí, un poco de ficción. El humor, de todos modos, siempre funciona como una suerte de descarga, de desahogo, a veces a la angustia, a veces al dolor, a la indignación, incluso al odio, pero también es una forma de crítica.
¿Se puede criticar en tiempos de cancelación?
Vamos a ver. La verdad es que es un programa que haremos en vivo y hay cosas que puedo contar, que puedo imaginarme cómo van a salir, pero la verdad es que las cosas se juegan ahí, en la cancha, en el momento en el que se encienda la luz de la cámara y estemos ahí. El sábado a las 9 de la noche vamos a ver. Con Agustina cada uno encontrará su forma personal y el invitado o la invitada se hará cargo de lo que tenga para decir. No es la idea hacer un programa con una fuerte bajada editorial de parte nuestra, de parte de los conductores. La idea es que eso esté jugado en los informes, que los invitados vengan a expresarse libremente y los actores que hagan lo suyo.
¿La casta está en orden será un híbrido entre CQC y programas de archivo?
No. La verdad es que el programa no está en el aire y los programas van encontrando su identidad con el paso de las semanas, salvo que sea un formato preestablecido. En la previa, no le veo demasiado contacto con CQC. Elementos de archivo sí va a tener, pero no será eso lo que defina el tono del programa. Los archivos van a estar utilizados puntualmente y cuando tengan sentido en relación a la actualidad que estemos tocando. Hay, por ejemplo, algunas declaraciones de dirigentes de hace 30 o 40 años y que hoy tienen cargos en el gobierno nacional que son realmente sorprendentes. Tenemos además un archivo muy rico para tomar, que es el de Canal 9. Así que eso va a gustar.
Y todo presentado con tu estilo único: irónico pero sin ofender.
Bueno, gracias. La verdad es que yo trato de no ser ofensivo, pero del otro lado alguien se puede ofender igual. No lo sé, yo voy a tratar de no ofender a nadie y a tratar de hacer mi trabajo, lo mejor posible.
Alejandro y Adrián Korol, dos ex Videomatch trabajarán con vos, un ex CQC. ¿Un ejemplo que las grietas se superan?
Esa grieta fue funcional y productiva, me parece, para las dos partes, pero era más como un jueguito de Boca-Ríver, citando un poco a Todo por dos pesos, entre Mario y Marcelo que de las productoras y los equipos. Tengo una excelente relación, trabajamos en el mismo edificio con José María Listorti, por ejemplo, y nos conocemos de esa época, de comienzos de los 90.
Los Korol tienen una trayectoria en televisión larguísima y son hasta personajes pretelevisivos. Empezaron con los Vergara, ese grupo de grafiteros de los 80. Después hicieron una experiencia muy rica en televisión. Manejan muy bien la cuerda del humor de la tele. Cuando Tinelli presentó Gran Cuñado eran ellos los que estaban detrás de eso. Lo menciono porque un conductor habló de una especie de robo de La casta. Dijo que tomaba algo que ya había hecho otro. Pero antes de ese otro lo había hecho alguien más y allí estaban los Korol. Ahora vuelven sobre una idea original de hace unos años, aunque esta vez será diferente, porque no estarán grabados en una casa, sino interactuando con nosotros.
Ese conductor, Lanata, también dijo que nunca habías hecho humor.
Yo no lo escuché a Jorge Lanata pero está bien, yo voy a ser el conductor del programa. No soy un humorista, no pretendo serlo, ni siquiera pretendo ser periodista. Voy a conducir el programa. El humor, está a cargo de la gente que sabe hacerlo.
Retomando ese Boca-River de los noventa y aunque no te gusta mucho hablar de los ex-CQC llama la atención que entre los ex-Videomatch hay muy buena onda. Suelen ir a los programas de invitados de los otros, se siguen en redes... En cambio, entre los ex-CQC quedó como una especie de mala onda, como que no se quieren ni se ven mucho.
No lo sé, la verdad es que no tengo problemas ni mala relación con ninguno de mis ex compañeros de Caiga. Estuve hace unos días en el programa de radio de Diego Iglesias, pronto lo voy a visitar a Clemente. Le mandé un mensaje a Eduardo cuando tuvo un problemita de salud, del que por suerte está bien. Hacía mucho que no hablaba con Eduardo, pero a veces pasan cosas que de algún modo te conectan. Con Mario no estoy en contacto, pero hace poco coincidí en un viaje con uno de sus socios, estuvimos charlando y le mandé un abrazo.
¿Andy Kusnetzoff te invitó a su programa?
No, pero no es un lugar en el que me interese mucho estar tampoco.
Hace poco trascendió una anécdota de esa época. Cuando había que hablar con Mario te mandaban a vos porque eras el que sabía hablar con él, ¿es cierto?
No era cuando había que hablar con Mario sino que había un momento difícil para la producción de CQC, que era el momento previo a la salida al aire del programa, cuando los conductores veíamos el material que íbamos a presentar. Y ahí a veces había una mirada muy crítica de parte del conductor del programa, y yo tal vez era el que tenía la mirada más amigable con respecto al trabajo de la producción, y a eso se refería la historia.
Eras una especie de Cardenal Samoré, un gran mediador.
Me definieron como una especie de topo de la producción en el área de conductores. No sé, yo tal vez defendía un poquito más ese trabajo, porque como también fui cronista, entendía lo difícil que era muchas veces para el cronista, para los productores volver con la nota resuelta y además había que editar en tiempo récord también. Era un trabajo complejo para todos.
¿Cómo fue que pasaste de estudiar para contador a Comunicación social y terminar en Letras?
Cuando estaba terminando la escuela primaria, creía que me gustaban las matemáticas, que me gustaban los números, no sabía qué era la contabilidad, no sabía exactamente qué hacía un contador o un economista. Por esa idea que tenía, mis padres me alentaron a presentarme al examen para entrar a la Escuela Superior de Comercio Carlos Pellegrini. Pero en segundo o tercer año de la secundaria, ya las matemáticas me costaban un montón, la contabilidad no me interesaba nada, pero sí me gustaba leer, me gustaba la literatura, estaba como más interesado en eso.
¿Hoy todavía te gusta leer?
Sí, me encanta. Leo más que nada novelas, novelas y cuentos, pero también me gusta leer ensayos, biografías, filosofía.
¿Y tu relación con portales de información y redes sociales?
Me envicio un poco. A veces hay que soltar el teléfono y agarrar el libro. Miro los portales de noticias pero como no estoy suscripto muchas veces no puedo leer las noticias enteras, salvo en algunos casos que te lo permiten. Sí todos los días miro redes sociales más que nada a X y Instagram, es a lo que le presto más atención y alimento mis redes más o menos, un poco.
En La casta está en orden, ¿a qué le tienen más miedo? ¿A que las mediciones no acompañen o a la furia tuitera que puede llegar a desplegar nuestro Presidente?
La furia tuitera va a estar, pero ignoro si el presidente va a tener algo para decir sobre el programa, pero seguramente sí sus fans rentados o no rentados, y los que piensan diferente. Este no va a ser un programa partidario, de todos modos. Yo creo que en redes habrá ruido. Con respecto a la medición, yo espero que nos vaya bien, obviamente teniendo en cuenta el contexto, sabiendo en dónde estamos, contra qué competimos, cuáles son los recursos con los que contamos, pero creo que hay una necesidad de una audiencia que busca divertirse, relajar un poco el sábado de la noche, y tal vez esa propuesta no está tan claramente ahí, y esta puede ser.
¿Los políticos soportarán el humor crítico?
Es un momento de alta agresividad y de violencia verbal que yo creo que ya, lamentablemente, está bastante establecida. No es mucho mi estilo, pero hay que estar preparado para eso. En principio, creo que muchos comentarios no voy a leer. Prefiero salirme de ahí, por lo menos ahora, en una primera etapa, estar enfocado en lo que creo que tengo que hacer, y no distraerme con giladas, perdón por la expresión.
Si los periodistas criticamos con virulencia, ¿desde el otro lado tiene derecho a respondernos del mismo modo?
Creo que hay una disparidad de posiciones entre un presidente y un periodista. No es una discusión entre pares. Ahora, también es cierto que la violencia verbal contra los periodistas no la inauguró Milei. Sería injusto decir que este es el primer presidente que tiene un intercambio duro con un periodista. Esto ha sucedido con presidentes anteriores. En este caso en particular hay un estilo muy vehemente, y me parece como extremo, que incluye acusaciones, en muchos casos infundadas.
¿Y por qué crees que hay tanto silencio de algunos colegas?
¿Colegas te referís a periodistas? No sé, yo no soy humorista, no soy humorista como Lanata, tampoco soy periodista como Lanata, porque él es las dos cosas, parece, ¿no? Él sí hace humor, perfecto. No sé, tal vez hay periodistas que tienen miedo, tal vez hay otros que tienen otros motivos por los cuales callar. Es un momento tan delicado también que todos tenemos que cuidarnos mucho. Todos tienen que cuidar su trabajo, por otro lado. Hay mucha gente que no puede perder un trabajo. Estoy especulando, te digo, los motivos no los sé.
Desde Canal 9, ¿recibieron algún tipo de lineamiento?
El programa es una producción de una productora prácticamente nueva en televisión. Se llama El vuelo producciones y hace una apuesta muy importante en un momento en el que muy pocos apuestan en la televisión. En ese sentido celebro que este proyecto esté en marcha y que lo esté impulsando una productora independiente que ocupará este espacio en Canal 9 sin condicionamiento editorial. Esto es lo que me han transmitido y confío será así. Vamos a jugar libres.
De esa televisión de los 90 en la que te iniciaste, ¿qué extrañás?
La televisión tenía un lugar obviamente mucho más central que el que tiene hoy en lo que sería la información, en la industria del entretenimiento. Quizá se extraña el tamaño, la envergadura de las producciones del siglo pasado. Hoy no hay ese despliegue en la televisión abierta, no hay ni están esos presupuestos.
¿Hay más productores que ideas?
Creo que ideas hay. El tema es que a veces la idea no es lo más importante incluso a veces podés volver sobre una idea ya probada y darle una vuelta de tuerca o hacerla bien cuando no fue hecha de la mejor forma. A veces nos esforzamos mucho en buscar algo original y tal vez lo que tenemos que buscar es algo simple y fácil de consumir. Siempre hay que pensar a quien querés hablarle, quien querés que te vea quien querés que te escuche.
Simple y fácil de consumir como las redes.
Creo que también ahí hay algo. El consumo de las redes es tan instantáneo, es tan veloz, que para mí tiene que ver con un signo de los tiempos que es la ansiedad ,la falta de paciencia que se traduce también en falta de tolerancia y la capacidad cada vez menor que tenemos para sostener la atención sobre algo. Son cosas que hay que tener en cuenta si querés que te miren y que te presten atención. Cómo hacer para conservar la atención de alguien durante un poco más de 50 minutos lo que dura un programa de televisión.Es un poco un desafío si te medís contra esa esa competencia que son las redes u otras.
Dijiste que te esforzás por ser una buena persona, pero que también te podés convertir en una persona horrible. ¿Qué situaciones te hacen convertir en una persona horrible?
Cuando me enojo soy horrible. El tránsito me enoja un montón, pero en realidad me enojan los que no son colaborativos. Entiendo que el tránsito debería ser una práctica cooperativa y no confrontativa. Por ejemplo, anunciar tus maniobras, saber que el carril rápido es el de la izquierda y no el de la derecha, cosas por el estilo.
¿En el trabajo qué te enoja?
En el trabajo soy bastante tranquilo. Me puede enojar la desidia, el desorden. Por este trabajo que hacemos, a veces la voluntad excesiva de protagonismo. No me gusta la gente que no juega en equipo.
Hablando de equipo ¿Seguís siendo fanático de Boca?
Sí, por supuesto. No me parece confiable una persona que cambia de equipo de fútbol. Hay alguno a lo que les parece que se puede cambiar de colores. Y la verdad es que creo que no, que eso no es así. Sí, por supuesto, soy hincha de Boca, desde la cuna.
¿Entró la pelota o no entró entera en el gol que le anularon a River?
Los hinchas de River saben que entró entera. Perdón pero la dejaste picando. No puedo evitarlo.
¿Cómo pasaste de ser vecino de Caballito a vecino de Quilmes?
En su momento me puse en pareja con una quilmeña que me llevó a Quilmes. Pasaron los años, pasaron muchas otras cosas y tengo un hijo que va a la escuela en Quilmes y hasta que no termine la escuela, voy a estar ahí. Y si él quiere seguir viviendo en Quilmes, seguiré viviendo ahí.
¿A tu hijo le causan gracia trabajos que hiciste?
No le hice ver videos. No sé, no pintó. Yo no descarto que él haya visto cosas mías por su lado. Eso no lo descarto, pero no me lo comentó.
Se sabe de tu paso por CQC, que fuiste ayudante de cátedra de semiología en la UBA y tu fanatismo por Boca. Lo que no se conoce tanto es que sabés tirar el cuerito. ¿Cómo surgió esa habilidad?
Tengo entendido que esas cosas como curar el mal de ojo, curar el cuerito, son habilidades que se traspasan del que tiene el saber al que va a tomarlo en fechas clave. A mí no me lo pasó nadie, pero mi madre me tiraba el cuerito de chico y yo solo de haber sido objeto de esa práctica, me empecé a animar y lo hago. Y bueno, suena y yo supongo que está funcionando. A mí siempre me tiraron el cuerito y el alivio llegaba después de eso. Y así que yo lo hago, con los que se dejan.
Ex alumno en el Pellegrini y en la UBA. ¿Qué opinás del reclamo universitario?
Me da mucha tristeza que esté puesto, de algún modo, el foco en la educación pública como un área que debe ser recortada y que, además, esté como, de algún modo, como bajo sospecha. Creo que la enorme mayoría de los argentinos y argentinas que tuvimos la suerte de tener una educación universitaria, pasamos por universidades nacionales que tienen un altísimo nivel educativo. Más allá de que encuentres casos como el profesor que no va a dar la clase o el corrupto que tiene un cargo algo que pasa en todas las organizaciones, en todas las estructuras. Pero la educación, el sistema universitario argentino es un orgullo de nuestro país y es un ejemplo en el mundo. Voy a decir cosas muy repetidas, pero los premios nobeles que tiene Argentina, todos salieron de universidades nacionales. Puedo hablar de mi caso. Yo estudié letras, no terminé la carrera, pero estudié letras en la Universidad de Buenos Aires y tuve como profesores a Beatriz Sarlo, a David Viñas, que ya no está entre nosotros, a Ricardo Piglia, que tampoco está entre nosotros. Ya tener la chance de cursar una carrera en la Universidad Nacional y que te dé una clase Ricardo Piglia, es como ir a un espectáculo gratis. Y además lo que te deja eso. Tener la posibilidad de que te tome un examen final Beatriz Sarlo. más allá de que estés de acuerdo con su pensamiento, no importa eso. Pero esas cosas me dio a mí la Universidad de Buenos Aires, de una carrera que, insisto, no terminé, pero todo eso que me dejó, a mí no se me va más de encima.
¿La casta está en orden?
La casta no sé si está tan en orden, nunca está del todo en orden. Siempre hay turbulencias, pero siempre hay intocables también, ¿no? Siempre están los que parece que todo les pasa por el costado y que tratan de seguir como teniendo el control. Voy a decir algo, pero que no va a suceder, lamentablemente, me parece que hay que tocar al poder económico real, que en general tiene empleados que son los que terminamos votando.
¿Un deseo para el sábado?
Que el público que nos vea lo pase muy bien, que el programa salga divertido, que lo disfrutemos, que la pasemos bien nosotros y que sea por mucho tiempo.
¿El asado del festejo lo pagarán los ex Videomatch o el ex CQC?
No hay una apuesta por el momento. Veré si le puedo manotear unos vinos a Alejandro o si voy con Adrián a Chascomús donde vive, aunque sea, a andar en moto de agua en la laguna o algo. Por ahora no han pagado nada, pero voy a tratar, siempre trataré de que pague otro, por supuesto.