Hernán Piquín volvió a Buenos Aires para presentar en el Teatro Apolo El último tango, un espectáculo musical que escribió mientras estaba de vacaciones en España y que producen Gustavo Yankelevich con Maximiliano Pita. Separado de su ex, Agustín Barajas, llegó al país soltero y abocado de lleno a su nuevo show, que lo tiene súper entusiasmado.
“Estoy súper feliz de estar en Buenos Aires otra vez y más en la calle Corrientes, de la mano de Maximiliano Pita y Gustavo Yankelevich con el Grupo RGB. Somos ocho bailarines: tres parejas estupendas de baile y me acompaña en esta oportunidad Soledad Mangia, que está bailando conmigo”, contó a Pronto.
Fue una pregunta del periodista Nico Peralta sobre los cuidados físicos de su cuerpo la que disparó una inesperada confesión de Piquín respecto a un procedimiento quirúrgico al que se sometió para recuperar su figura. "El cuerpo es fundamental para tu trabajo. ¿Cómo te cuidás?", lanzó Peralta y Piquín respondió: "Trato de descansar mucho y cuido mi cuerpo como lo hice siempre y como me enseñaron desde los diez años, que fue cuando entré al Colón".
Y continuó: "Con clases, con estiramiento y una buena alimentación. Desde ya que me doy mis gustos, por supuesto, pero siempre consciente de que no me puedo dar los gustos todos los días. Entonces, me cuido".
-¿Comés de todo?
-Sí, carnes, verduras, hidratos. El año pasado, cuando me fui a España, tenía unos seis kilos de más. Quizás la gente no lo notaba pero yo sí. Lo sentía al bailar y eso me ponía incómodo. Conocí a la gente de Allurion y me pusieron un balón gástrico ingerible. Es como una píldora que ingerís y te la inflan en el estómago con líquido. Y con eso logré bajar nueve kilos.
-¿Te sometiste a ese procedimiento?
-Sí pero re bien porque es súper natural. Es como un globo que tiene un parche y un catéter que sale. O sea, vos te lo tragás y te queda como una manguerita afuera de la boca. Por esa manguerita te inflan el balón en el estómago con líquido. Entonces, te tiran de catéter y queda sellado adentro del estómago. Dura de cuatro a seis meses. En ese tiempo, el parche que tiene se empieza a diluir y entran los jugos gástricos dentro de ese globo y lo empiezan a comer, hasta que lo eliminás por las heces. Así bajé nueve kilos y sin dejar de comer.
-¿Y te empezaste a cuidar más?
-Sí porque este mecanismo te hace ver qué comés, cuánto y de qué calidad. Me fui ordenando otra vez, aunque estar de gira es muy difícil porque comés a cualquier hora y siempre afuera. El restaurante está que cierra, le pedís un ensalada pero no tiene y solo te ofrecen pizzas o empanadas. Entonces, terminás comiendo cualquier cosa porque algo hay que comer. Y nunca es una sola empanda sino tres o cuatro. Hacer gira es muy difícil porque los horarios son otros y el descanso ni te cuento. Gracias a Allurion bajé estos kilos de más y hoy me siento súper ágil en el escenario. Hacía dos o tres años que no me sentía así de ágil en los saltos y los giros.
La entrevista completa con Hernán Piquín está en la edición digital de abril de revista Pronto, se puede descargar y leer de manera gratuita haciendo click en este link