Campi está viviendo, quizás, uno de los momentos de mayor madurez artística dentro de su prolífica carrera actoral. A los 55 años, Martín Campilongo la rompe en el teatro Broadway en el rol de Mama Cora en Esperando la carroza, con producción de Gustavo Yankelevich sobre la emblemática película de Jacobo Lagsner.
Además de que van primeros según las cifras de AADET, el trabajo de Campi como el papá de Fito Páez en la serie El amor después del amor lo llevó a ser elogiado por la crítica y el público y ahora está a punto de estrenar otras dos series en las que tiene papeles fuertes: una es la del ex Presidente de la Nación Carlos Saúl Menem y la otra es la de la ex vedette trans Cris Miró.
El desembarco en Esperando la carroza llegó después de tres años de éxito en Los Bonobos, con Lizy Tagliani y gran elenco, también con producción de Yankelevich. En charla con el periodista Nico Peralta, Campi contó cómo es trabajar con el reconocido productor y reveló una anécdota jugosísima de los 90 en Telefe.
-¿Quién te acercó la propuesta para Esperando la carroza?
-Gustavo Yankelevich. Apenas consiguió los derechos, me llamó para hacer a Mama Cora. A Gustavo lo conozco desde que trabajábamos en Telefe en la calle Pavón, desde siempre. Lo primero que hice fue en la tribuna de Nico Repetto con Gustavo manejando el timón de Telefe. Cuando le dije que sí a Los Bonobos fue porque quería volver a estar con él codo a codo. Quería volver a laburar con Gustavo. Es una de las personas que te dan placer a la hora de laburar.
-¿Cómo es Gustavo Yankelevich?
-Es honesto, buena gente, sincero, educado. Porque una persona sincera y maleducada a mí no me gusta. El tiene buenas formas. Te voy a contar una anécdota: yo empezaba en la tribuna de Nico y una vez me robaron el sueldo entero de mi camarín. Antes no existían los cajeros, entonces ibas a una oficina en la calle Jujuy, te daban la plata y te la llevabas a tu casa. Me robaron todo y yo estaba pagando mi casa.
-¿Qué pasó?
-Estaba desesperado y al otro día me llamaron de pagos del canal y me comentaron: “Che, se enteró Gustavo”. Yo no le había dicho nada porque no tenía tanto trato con él. “Se enteró y acá está tu sueldo de nuevo”, me dijeron. Yo a esas cosas no me las olvido nunca en la vida. Estoy lleno de esas cosas, como que Antonio Gasalla me dirigiera gratis porque me quiere. O que Carlitos Rottemberg me dijera: “Te voy a poner en un teatro muy grande” y me llevó a una sala enorme. No me olvido de esas cosas. Se lo conté a Gustavo y me dijo: “No me acuerdo pero conociéndome, debe ser verdad”. Eso te habla mucho de una persona y yo con esa gente quiero laburar.
La entrevista completa con Campi está en la edición digital de mayo de revista Pronto, se puede descargar y leer de manera gratuita haciendo click en este link