Que Adabel Guerrero tuvo una vida muy difícil no hay dudas: se crió sin su papá, cuando era adolescente perdió a su mamá, su único hermano siempre estuvo envuelto en temas de drogas y delincuencia y ella se abrió paso sola, venciendo las adversidades para formarse en la danza y lograr un lugar destacado en el mundo del espectáculo.
A fuerza de sacrificio y mucho talento, Adabel se consagró como artista y hoy brilla tanto en el teatro como en la pantalla. Desde hace cinco años forma parte del fenómeno Sex, el transgresor espectáculo que montó José María Muscari en el Gorriti Art Center y, además, la rompe como actriz en la serie de Guillermo Coppola, donde le da vida a Alejandra Pradón con un parecido sorprendente.
Como si esto fuera poco, en menos de un mes se estrenará la serie sobre la vida de Cris Miró, la primera vedette trans del país y allí Adabel también tiene un personaje destacado dentro de las vedettes del legendario Teatro Maipo. En una charla íntima con el periodista Nico Peralta para Pronto, Guerrero habló de todo pero fue una pregunta inesperada la que terminó haciéndola confesar uno de los capítulos más crudos y difíciles de su vida.
"¿Alguna vez pasaste una situación límite en tu carrera?", le consultó Peralta y Adabel no dudó en responder: "Sí, cuando estaba empezando. Me estaban por contratar para ir a trabajar a México y cuando me di cuenta, el que me quería llevar era un gran estafador. Tuve la suerte de cruzarme en la calle con una persona que me contó una historia y me abrió los ojos".
-Vayamos por parte. ¿Qué pasó y cuándo?
-Fue hace mucho, cuando estaba arrancando mi carrera. Fue en 2004 aproximadamente. Era más chica, muy inocente y estaba muy sola. Muy poco avispada y muy poco contenida. Este tipo me quiso contratar para ir a cantar y bailar a México y después me enteré de que hacía trata de mujeres. Doy gracias a la vida de no haber caído ahí y reconozco que tengo un ángel de la guarda que me cuida siempre. Pude abrir los ojos y no viajé. Ya estaban hasta los pasajes comprados y cancelé a último momento.
-¿Quién te había presentado a ese estafador?
-Un coreógrafo muy conocido, que no voy a decir quién es. Lo tengo muy presente porque jamás me olvidaré por lo que pasé. Me lo presentó el coreógrafo y este estafador que se hacía pasar por productor, me hizo una especie de casting y tuvimos unas reuniones en los que me convenció de viajar. Estábamos cerrando todo cuando, de repente, me crucé en La Plata con un ex novio mío.
-¿Y entonces?
-Mi ex me contó que estaba saliendo con una chica modelo, que se la habían llevado a México con la promesa de trabajar como modelo allá y cuando llegó, le retuvieron el pasaporte y la metieron a laburar en un prostíbulo. La familia movió cielo y tierra hasta encontrarla y no sé cómo hicieron pero la sacaron de esa mafia y la trajeron de nuevo a la Argentina. Pero a esa chica ya le habían cagado la vida. Entonces, cuando me crucé de casualidad con este ex mío y me contó esta historia, me puse a investigar un poco más y dejé de lado la ilusión del éxito y de hacer carrera afuera.
-¿Con qué te encontraste?
-Me puse a investigar a esta persona y resultó ser que nadie sabía quién era. Me dijeron que tuviera cuidado, que me fijara esto y aquello y estudiándolo, vi que era un estafador. No puedo mandar al frente a las personas que me contaron pero por lo que supe, manejaba una red de tratas. Entonces, le dije que por cuestiones personales no iba a viajar a México y ahí se volvió loco. Se le cayó la careta, me insultó, me amenazó y me dijo de todo. Ahí entendí todo.
-¿Este tipo está preso?
-No lo sé. No tengo la menor idea porque desapareció y el nombre por el que se hacía llamar, después me enteré de que no era su nombre real. Era complicado rastrearlo y si cuento esta historia por primera vez es para que las chicas jovencitas abran los ojos y sospechen de todo. Me enteré de que para conseguir trabajo de artista y de muchos otros rubros, las citan solas, les indican que no pueden ir acompañadas y hay que tener cuidado con ese tipo de pedido a la hora de ir a buscar un laburo. El perfil de chica que buscaban, en mi caso, era de chicas solas, sin familia, desesperadas y que nadie iba a reclamar.
-¿Vos cuadrabas perfecto?
-Sí, ese era mi perfil: mi mamá había fallecido hacía unos años, mi papá vivía en Estados Unidos y mi hermano estaba desaparecido. Yo no estaba en pareja en ese momento y ellos buscaban eso: una chica joven, inocente, sola, sin familia y desesperada por laburar. Por eso, en mi escuela de formación de artistas tengo una rama que se llama Despegue artístico y menciono todo esto. La importancia de tener un mentor y no estar solo sino alguien que te acompañe en las decisiones.
La entrevista completa con Adabel Guerrero está en la edición digital de mayo de revista Pronto, se puede descargar y leer de manera gratuita haciendo click en este link