Fue el 3 de diciembre de 1990. Esa noche se estrenaba Brujas en Mar del Plata y las protagonistas ni se imaginaban que la obra se convertiría en un clásico para los argentinos. Hoy, 34 años después, la pieza sigue en cartel y con tres de las cinco artistas que estuvieron desde el principio: Nora Cárpena, Moria Casán, Graciela Dufau mientras que el lugar de Susana Campos lo ocupa con solvencia María Lealy el de Thelma Biral, Luisa Kuliok.
La inoxidable comedia se presenta de miércoles a domingo en el Multi Tabarís de la calle Corrientes y es uno de los imperdibles de la cartelera porteña. “Los sábados tenemos doble función y en el teatro hay muy buena refrigeración, lo cual es muy importante. Para sentarse confortable a ver un espectáculo son sumamente necesarios la calefacción en invierno y la refrigeración en verano. Las expectativas en esta vuelta son buenas y por eso uno trabaja", contó Cárpena a Pronto.
"Sabemos que para el público Brujas se ha transformado en un clásico: mucha gente ya la vio y la vuelve a ver por segunda o tercera vez y muchos la han visto con el elenco original, como ahora solamente que Susana Campos está en otro plano. Ese personaje lo tomó María Leal, que lo hace muy bien. Compone a una estupenda Dolores y volvimos con las expectativas de siempre", aseguró.
Y continuó: "Ante cualquier levantada de telón, a nosotras siempre nos late el corazón con la ilusión de que el público nos responda. Por eso, nos paramos ante el público a contarle una historia y queremos que nos vengan a escuchar y ver. Según Carlos Rottemberg, que es el productor, la venta de entradas viene bien y eso nos genera la ilusión de que sea una buena temporada para nosotras. En realidad, para todos pero prefiero que sea mejor para nosotras”.
-¿A qué atribuís la clave del éxito? Brujas es un fenómeno.
-Supongo que es una obra que trata sobre la amistad de las mujeres, con todo lo bueno y lo malo que tiene. Te digo más: no solo habla del vínculo entre estas amigas sino entre todos los seres humanos. Esas relaciones que se inician en la adolescencia y la primera juventud son indestructibles. A mí, por lo menos, me pasa: me encuentro con ex compañeras de colegio y me siento a hablar como si lo hubiésemos hecho por última vez el día anterior. Tenemos muchas cosas en común y nos acordamos de historias compartidas, sobre todo las lindas. Siempre a uno le queda lo bueno.
-¿Las ves?
-Sí, claro. Tengo hermosos recuerdos de mi época de colegiala. Estudié en el Quilmes High School, en Quilmes, y era un colegio que no tenía secundario, entonces estaba incorporado al Colegio San José, que era de monjas rosarinas. Iba a la mañana al San José y por la tarde seguía con inglés en el High School. Me recibí de Maestra normal, en el Colegio San José de Quilmes e hice la carrera terciaria de asistencia social, hasta que empecé a trabajar de actriz y tuve que dejar todo. Tenía que decidir qué quería hacer en la vida y opté por lo que realmente me interesaba, que era el teatro.
-¿O sea que nunca ejerciste la docencia y la asistencia social?
-No, no. Solamente en las prácticas pero no mucho más. De todos modos, de asistente social no me llegué a recibir porque justamente me habían llamado para hacer un teleteatro de un jabón muy importante en el Teatro Palmolive del aire, que fue donde lo conocí a Guillermo Bredeston, y por eso tuve que dejar el terciario. No podía hacer las dos cosas a la par y preferí inclinarme por el teleteatro. Unos meses antes de terminar la carrera, dejé asistencia social. No tengo ese título pero sí el de maestra normal.