Nazareno Casero suele mantener un bajo perfil y rara vez opina sobre su famoso papá. Lo cierto es que en los últimos años, Alfredo Casero se hizo viral en muchísimas oportunidades por los fuertes exabruptos al hablar de política.
Recientemente, el joven habló sobre su infancia y cómo era la crianza que recibió: "Mi papá tenía una forma de decir las cosas para que uno entendiera y dijera “tiene razón”. Quizás para pedirme que me fuera a bañar me decía “dale mugriento, que si no, te voy a agarrar con la manguera”".
Además, contó en una entrevista con La Nación: "Tenía un modo de enojarse muy particular, en el que también metía un poco de humor. Pero también me ponía límites. Un día, a los 16 años, le dije que me iba a dormir a lo de un amigo y me respondió que no, que ya era tarde, que eran las ocho de la noche. Recuerdo su simplicidad para explicarme cosas que otros no me sabían explicar".
Al ser consultado sobre si lo ponía mal ver a su papá muy enojado por temas políticos, expresó: "Creo que si él no fuese tan vehemente sería sólo la opinión de alguien más y tal vez no generaría el mismo eco. Si lo analizás de afuera y ves por qué está peleando (por ejemplo, para visibilizar que una sarta de políticos se estén haciendo multimillonarios choreando el erario público), terminás pensando que está bien ponerse así de loco. Me pondría mal si se pusiera así porque perdió Racing".
Además, indicó: "Él puede entrar y salir de ese enojo. Vemos tantas cosas tan fuera de lugar que me parece raro decir “¡qué violencia!” cuando aparece uno gritando".
Para cerrar, reflexionó: "¿No es violencia que una persona disponga de bienes públicos con total impunidad, en el gobierno que sea? Esa vehemencia es la de “Lucho Cubrepileta”. Mi viejo siempre tiene un as bajo la manga y yo siempre digo que hay que cuidarse de lo que no sabemos que está haciendo. No de lo que sí está haciendo".