Mientras disfruta de su carrera como artista y de los proyectos profesionales, Adabel Guerrero se atreve cada tanto a hablar de su familia y de su vida privada para que sus fanáticos puedan conocerla un poco más.
Durante su paso por el programa Almorzando con Juana, Romina Uhrig contó su difícil infancia y luego Adabel se atrevió a compartir sus experiencias pasadas: “Tengo taquicardia, no quería compartirlo, pero me parece que vale la pena”.
“En mi casa mi mamá era alcohólica, murió cuando yo tenía 17 años”, comenzó la actriz y luego siguió: “Mi hermano desde los 14 que se fue de casa, decidió salir a robar, drogarse, estuvo en un instituto de menores”.
“Yo hasta ahora me mantuve callada, pero está bueno contarlo y te juro que me explota el corazón”, expresó y continuó: “Yo fui a visitar a mi hermano a un instituto de menores, lo eh ido a visitar a centros de rehabilitación, como Open Door, lo eh ido a visitar a la cárcel infinidad de veces, entonces hablo de un lugar de experiencias, no de haberlo estudiado, lo viví en carne propia”.
Guerrero luego continuó: “Mi mamá fue alcohólica toda la vida. Nosotros anduvimos de casa en casa porque mucho tiempo vivía internada en institutos psiquiátricos y yo siempre hablo de eso porque es una elección que vos hacés en tu vida”.
“Mi hermano eligió un camino, yo hoy no sé nada de él porque hasta fue público en 2011, salió en todos los medios a decir barbaridades de mí porque me pedía plata. Un día me cansé y salió a decir una sarta de cosas hasta que se dieron cuenta quién era y le cerraron las puertas”, dijo la bailarina en Eltrece.
“Hoy no sé de la vida de mi hermano porque desde tuve una hija dije que de mi vida pasada cierro la puerta. A mi papá también le cerré la puerta, pero creo que uno decide con lo que tiene lo que va a ser y es un paso a paso”.
“Me enfoqué en ser bailarina, más allá de las tormentas que hubo alrededor”, aseguró sobre la vida que eligió y agregó: “Encontré un lugar de contención en la educación, en la escuela de danzas de La Plata. Yo iba todo el día”.
“La secundaria la di libre porque la danza era mi vida y ahí me contuvieron, me educaron. Yo volvía a casa y me encontraba con un panorama que no estaba bueno”, recordó Guerrero sobre el entorno en el que creció.
Además, resaltó: “Mi mamá murió cuando yo era menor de edad y mi papá estaba en Estados Unidos, mi hermano en la calle y me la arreglé sola. Vivía en la casa que había fallecido mi mamá y para tener un dinero alquilé la parte de adelante a un ferretero”.