Gabriel Omar Batistuta, el legendario delantero de la Selección Argentina, ha construido una vida de lujo y tranquilidad en el campo. Sin embargo, recientes denuncias han puesto en jaque la imagen del exfutbolista, quien reside con su familia en una vasta propiedad en el norte de la provincia de Santa Fe. Esta dicotomía entre el esplendor de su hogar y las acusaciones por las condiciones de trabajo de sus empleados ha generado gran revuelo.
La residencia de Batistuta en Malabrigo, un pequeño paraje a 40 kilómetros de su natal Reconquista, es un paraíso rústico de 129 mil hectáreas. Esta extensión, equivalente a casi 177 canchas de fútbol, no solo incluye una cancha de golf, sino también de voleibol y espacios destinados a la cría de ovejas, cerdos y gallinas. La propiedad destaca por su diseño rústico, con predominancia de madera en tonos oscuros, muebles macizos y detalles campestres que crean un ambiente cálido y acogedor.
El propio Batistuta ha compartido en sus redes sociales imágenes de su impresionante hogar, mostrando espacios como un amplio salón y una chimenea que calienta el lugar en los inviernos. "¡Mejor asador que goleador! Abro el desafío, anótense", escribió el ex delantero en un posteo, destacando su pasión por la parrilla.
Batistuta e Irinia, su esposa desde hace más de treinta años, disfrutan de este entorno junto a sus cuatro hijos: Thiago, Lucas, Joaquín y Shamel. Sin embargo, no todo es idílico en la vida de Batistuta. Recientemente, José Voytenco, secretario de la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE), denunció que los trabajadores en el campo de Batistuta en Malabrigo viven en "condiciones deplorables". Estas acusaciones contrastan fuertemente con el lujo en el que vive el exfutbolista y su familia.
"Batigol" ha sido un nombre respetado en el deporte, conocido por su paso por equipos como Boca Juniors, Fiorentina y Roma, así como por su destreza en el golf, un deporte que ha abrazado con pasión tras su retiro del fútbol profesional. En su propiedad, un escudo que exhibe las letras "LG" en honor a su madre, La Gloria, y una flor de lis que rememora su paso por la Fiorentina, subraya su legado tanto en el fútbol como en su vida personal.