Inés Estévez no pudo evitar contener la emoción tras asistir con sus hijas Vida y Cielo, dos niñas a las que adoptó y que nacieron con un retraso madurativo leve, a una función de la obra de Topa destinada a niños y niñas con discapacidad.
“Nadie imagina lo que significa que no haya una sola mirada de extrañeza ni reprobación en una platea mientras tu hij@ repta por el piso, grita o interactúa con el artista con textos de amor desbordantes a grito vivo”, expresó la actriz y manifestó: “Lloramos mucho, todos y todas, de emoción y agradecimiento”.
Además, Inés realizó una profunda reflexión sobre este tipo de espectáculos: “Estas funciones no llenan teatros, el artista, en este caso Topa, no recauda todo lo que merece, sobre todo porque familias neurotípicas no asisten, lo cual es lógico en parte, ya que tiene diferencias de volumen, luz y sonidos atenuados para quienes tienen autismo”.
“Hay much@s niñ@s y adolescentes con otras condiciones que disfrutarían del ruido y las luces pero que reciben la consideración que merecen en otros aspectos que les son negados en las instancias corrientes: ir al baño antes de dar puerta, reducir los tiempos de espera, etc”, señaló.
Inés contó cómo vivió el espectáculo junto a otras mamás que tienen hijos e hijas con discapacidad: “Nadie se sorprende ni se asusta por las diferencias de comportamiento, las madres nos abrazábamos fuerte y todo lo largamente que podíamos en una comunión tácita y profunda, con lágrimas incontenibles, mirándonos a los ojos, en un reconocimiento de nuestra fuerza, la locura de nuestro día a día y ese puesto irrenunciable para el que no hay licencia posible”.
La actriz también destacó que la función haya sido un viernes a las 14 horas en vacaciones de invierno. “Es triste cuando hay una sola función destinada a la discapacidad, y la programan para un martes día hábil a las 12 horas, por ejemplo, en un desconocimiento imperdonable de las necesidades de rutina claves en estos casos y en el horario de almuerzo de niñas y niños”, indicó.
“Cabe decir que sueño, en un futuro lejano, con funciones compartidas seteadas, con sectores sonorizados e iluminados, especialmente destinados a las personas con discapacidad que así lo requieran. No estamos tan lejos como hasta hace unos años”, manifestó.
Por último, agradeció a Diego Topa y a todo tu equipo: “Gracias por hacernos la vida fácil y accesible por un rato. Gracias por la generosidad y el amor, por el baile y las canciones, por los guiños cómplices a madres y padres, por el cuidado y la calma. Gracias por la alegría. Nos hace falta. Aca con Vida y Cielo te queremos tanto”.