Luego de unas vacaciones por Europa, Mariana Brey volvió a la Argentina y entró directo al quirófano. Pocos sabían qué era lo que había pasado y antes de que comenzaran a elaborarse conjeturas extrañas al respecto, la periodista decidió hablar de su salud.
"Estaba de viaje disfrutando del verano Europeo cuando se reiteró un dolor en mi panza, como unas puntadas que me quitaban el aire. Ahí no tuve miedo, pero sí tomé conciencia de que no podía dejarme estar más para no ponerme en riesgo teniendo que salir de urgencia a internarme siendo algo de mayor gravedad. Tenía que sacar la vesícula de mi cuerpo", explicó.
Contrario a la imagen de mujer fuerte, decidida e imparable, Mariana tiene un costado vulnerable que pocos conocen y que sale a la luz en estos momentos. "No me gustan lo quirófanos, no me gusta la anestesia, no me gusta que entren en mi cuerpo. Y estos miedos tienen historia, vienen de la niñez, algún día lo contaré. Como suele pasarme en estos casos, el miedo penetra en mi. Porque son esas decisiones difíciles de tomar, o al menos para mí".
Al final, pasó por el quirófano y todo salió perfecto: "Desperté de la anestesia con lágrimas y sin aire, Mi experiencia por primera vez a la anestesia total, fue muy poco agradable. Sentí miedo y dolor. Todo salió impecable y ya estoy recuperándome en mi casa. Con estricta dieta y descanso. Rodeada del amor de la familia y amigos"
Y cerró con un consejo para quienes enfrenten el mismo temor que ella: "Si estás viviendo un proceso parecido, no dudes en parar, pensar, consultar y decidir lo mejor para tu bienestar".