Simpática y sensual, Adabel Guerrero pasa por un gran momento personal y profesional. En pareja con Martín Lamela hace 16 años y mamá feliz de Lola, la bailarina deslumbra en Sex donde la presentan como “la ama del caño”. Pero además este año asombró por su rol de Alejandra Padrón en la serie Coppola y como Cecilia Narova en Cris Miró (Ella). Invitada a Las noches de Jey la actriz contó una pícara propuesta que le hizo a su marido.
“¿Es verdad que le propusiste a tu marido un trío con otra mujer y no aceptó?”, le preguntó Jey. “Yo quería hacerlo con otra mujer porque no me parece hacerlo con otro hombre”, admitió con naturalidad. Como su hija estaba presente en el estudio decidió seguir con la respuesta pero con Jey acordaron hablar en código.
“Me gustaría incursionar en una ‘reunión’ con tres personas” empezó y aclaró que aunque a su marido no le pareció descabellado, no aceptó. “Mi marido es muy convencional. Además argumentó que después yo le iba a empezar a hinchar las b… con que la miró, no la miró, la besó más y que no quería tener problemas. Es muy tranqui mi marido y está bien”, reconoció.
Después de 16 años en pareja aclaró que se queda tranquila porque sabe que él está dentro “de los límites convencionales y yo soy bastante convencional también”. Explicó que ella es de una generación que “no viene seteada en esta libertad de pareja abierta o de probar en grupo.”
Contó que en una de las previas de Sex se acercó a una mesa de chicos y chicas jóvenes. “Haciéndome la canchera y como que la tenía re clara les digo ‘chicos ¿esta noche como termina? ¿Son parejitas?, ¿Alguien termina con alguien?’ y uno me tira ‘vemos qué pinta, si chico chica, chico chico, si dos o tres juntos’. Y yo quedé como el GPS recalculando”.
Jey le preguntó que si hacerle la propuesta del trío al marido tuvo que ver con esta frescura que nota en los más jóvenes. “Las parejas van pasando por distintas etapas. Al principio es todo fuego, pasión. Después menos cantidad de veces pero sigue la pasión. Después la pasión pasa por el cariño y llega un momento que querés incursionar en otras cosas con tu pareja. A mí me pasa que todo lo que deseo experimentar es con mi pareja y ahí es que le propongo esto. Mi fantasía era ‘charlar’ con una chica y le propuse hacerlo con él. Y no”.
Admitió que suele llevar algún juguete sexual en su cartera, pero como estaba su hija volvió a hablar en código. “Llevo un ‘succionador de barritos’ que es como para salir de un apuro”, contó desinhibida y aclaró que “el que mejor los saca es mi marido. De hecho mi psiquiatra me dijo que cuando una pareja dura tantos años es porque hay buena ‘sacada de barritos’”.
En otro tramo de la entrevista admitió que siempre entra con el pie derecho a todos los lugares “sobre todo al escenario”. También que si el escenario tiene escalones “antes tengo contados si son pares o impares para saber con qué pie tengo que entrar. Tengo varias cábalas”.
La bailarina afirmó que le molesta cuando le dicen que tuvo suerte o que su cuerpo es gracias a la genética. Reveló que su sueño era ser bailarina clásica y que mostraba muy buenas condiciones pero en la adolescencia todo cambió. "Cuando me desarrollé a los 14 años empecé a tener otras curvas que me restringen en ciertos roles porque las piernas eran muy anchas. Hoy soy feliz con mi cuerpo, pero en su momento lo odiaba. Tuve muchos problemas para comer porque quería tener el cuerpo que necesitaba. Eso me llevó a diferentes trastornos de no aceptarme, no quererme.”
Una situación con un bailarín provocó que abandonara la danza clásica. “Me tenía que levantar e hizo como una expresión de que estaba gorda. Me fui pensando que nunca más iba a volver a bailar, me anoté en la facultad de psicología, pero gracias a Dios la vida me cruza con una persona que me dice que hay un casting en Buenos Aires para becas Julio Bocca, me presentó, no quedé, pero ahí me encuentro con Martín Whitencamp un bailarín que después bailé por muchos años y fuimos a castinear para Pepe Cibrián para el ‘Fantasma de Canterville’. Audicioné y quedé. Eso me abrió las puertas para que me conozcan”.
Al final del programa se la vio resplandeciente cuando su hija, Lola se sumó a la entrevista. “Ella es lo más importante de mi vida. Quiero que esté bien, que tenga todo lo que necesita, que tenga herramientas en la vida para lograr todo lo que se proponga. Ese es mi desafío como mamá”. Después con Jey al piano cantó Desconfío de Pappo y demostró que cantando también brilla.