Formó parte de la sexta edición de Gran Hermano en 2011, la misma en la que Cristian U. se consagró como ganador. Aunque Jésica Hereñú fue la tercera en dejar la Casa, logró encontrar su lugar en el mundo del entretenimiento. Su salida del reality no fue por decisión del público, sino por voluntad propia, al no estar de acuerdo con ciertas situaciones dentro del programa, especialmente con la forma de jugar del eventual ganador. Una vez fuera del reality, la oriunda de Parque Patricios se introdujo rápidamente en el ambiente del espectáculo, participando en teatro, conduciendo programas de televisión, modelando y obteniendo su espacio en los medios, con numerosas portadas de revistas. Sin embargo, a pesar de las múltiples ofertas laborales, en 2016 decidió alejarse de los primeros planos. Este cambio se dio cuando, junto a su entonces novio, decidió viajar de vacaciones a Estados Unidos. Posteriormente, nuevas propuestas laborales la convencieron de que su futuro podría estar allí.
Actualmente, Jésica reside en Miami junto a su esposo, Sean van Bibber, con quien contrajo matrimonio el año pasado. Su vida ha dado un giro total, y como ella misma le relata a Teleshow, disfruta plenamente de este momento.
"Alejarme fue una decisión que tomé yo misma. Tras salir de Gran Hermano, tuve una exposición muy intensa y, en ese momento, te encuentras un poco perdida, tratando de decidir qué hacer. Disfruté mucho mi tiempo en el medio, pero también había aspectos que no me gustaban. Hace unos años, vine a Miami de vacaciones y, tras recibir algunas propuestas laborales, decidí quedarme. También estaba aquí una expareja mía, y pensé que era un buen momento para probar. Ya en Miami, me alejé del mundo del espectáculo, ya que es un entorno en el que es necesario estar y mantenerse constantemente activo. A lo largo de los años aquí, he cambiado mucho y he optado por hacer otras cosas. Pero todo lo que viví en el medio lo recuerdo con mucho cariño; amé cada etapa y cada experiencia".
"Al llegar a Miami, me reencontré conmigo misma. Aunque uno piense que vivir en el extranjero es fácil, no lo es… Empecé a buscar respuestas, a cuestionarme muchas cosas, y esas respuestas comenzaron a aparecer en sueños o imágenes. Me pregunté qué más hay, qué no estoy viendo. Vivimos sumergidos en estudios, trabajo, salidas, relaciones, y no nos tomamos el tiempo necesario para reflexionar sobre nuestras emociones y pensamientos. En momentos difíciles, esa conexión con uno mismo y con lo trascendental aparece. Comencé a estudiar sanación energética, aprendí diversas técnicas y sigo practicándolas. Hoy en día, tengo mi propia empresa de terapias, pero mi objetivo es, en el futuro, enseñar a otros a comprender que ellos son los únicos dueños y responsables de sus vidas. Si entendemos de dónde provienen nuestras experiencias y por qué, podemos ser los creadores de nuestro propio cambio".