Micaela Breque y Andrés Calamaro fueron una de las parejas más famosas del mundo del espectáculo argentino. Su relación comenzó en 2010, cuando el músico transitaba los últimos momentos de su vínculo con Julieta Cardinali, madre de su hija Charo. La química entre Breque y Calamaro fue innegable, y pronto se convirtieron en una pareja estable que atrajo la atención de los medios y sus seguidores. Sin embargo, su historia de amor tuvo altibajos y finalmente llegó a su fin en 2017.
Durante su relación, la pareja pasó por momentos significativos, incluyendo una reconciliación tras una breve separación. Incluso, en un gesto romántico y aventurero, se casaron en secreto en Las Vegas. Este matrimonio, aunque sorpresivo, parecía consolidar su unión. Sin embargo, a principios de 2017, la pareja anunció su separación definitiva, lo que dejó a muchos fans y seguidores perplejos, ya que no se conocían claramente las razones detrás de la ruptura.
Micaela Breque, en una entrevista posterior, ofreció algunas pistas sobre los motivos de la separación. "Tuvimos un cortocircuito y hasta hace unos días se trataba de un impasse. Veníamos tratando de recomponer, pero hoy estoy sola", explicó. A pesar de la ruptura, Breque expresó un profundo respeto y cariño por Calamaro: "Andrés y yo vamos a adorarnos para siempre. Tenemos un cariño indescriptible que va a durar toda la vida". Esta declaración demostró que, a pesar de las dificultades, ambos mantuvieron un afecto mutuo.
Uno de los factores que complicaron la relación fue la exposición pública de su vida privada, especialmente a través de las redes sociales. Calamar compartió detalles íntimos en Twitter, lo que, según Breque, generó tensión y presión innecesaria. "Fue un error de él poner tantas cosas de nuestra vida privada en Twitter. Abrió la puerta para que la gente vea un montón de cosas que no tenían por qué ser públicas. Íbamos a solucionarlo en privado", comentó Breque en ese momento, señalando cómo la exposición pública de su vida personal afectó su relación.
Breque también reveló que había tomado la decisión de borrar algunos mensajes de las redes sociales para proteger a Calamaro. "Lo borré para cuidarlo. No se dio cuenta de que generaba un montón de presión. De atolondrado no puede con sus palabras: la gente no tiene por qué leer o saber si me pedía perdón o nada. Que todo el mundo se entere de nuestros mensajes privados fue una locura", añadió. Esta confesión mostró su deseo de mantener ciertos aspectos de su vida privada fuera del escrutinio público.
A pesar de la separación, la ruptura se dio en buenos términos. Franco Torchia, amigo de Breque y periodista de espectáculos, aclaró en el programa Confrontados que no hubo "terceros en discordia" y que Breque, quien entonces vivía en Madrid junto a Calamaro, decidió quedarse en la capital española por motivos profesionales. Esta decisión reflejó el deseo de ambos de seguir adelante con sus vidas de manera independiente y sin resentimientos.