Cuando Valeria Mazza se casó con Alejandro Gravier allá por 1998, Maju Lozano aún no era una persona conocida para la gente. Pocos sabían en ese entonces que ella era amiga íntima de la novia y que había sido elegida como testigo de su casamiento.
Maju contó muchas veces que no tenía un buen pasar económico y que se esforzaba muchísimo para costear sus gastos. Pero el casamiento de su mejor amiga ameritaba ir un poco más allá para lucir impecable. "Yo era una pueblerina, no me imaginé que iban a estar los móviles y demás", empezó contando en "Noche al Dente".
El problema surgió porque Maju llegó en un remise bastante destruido y la seguridad del evento no le permitió ingresar con él. Fue entonces que aprovechó para hacer pase de factura: "Era un auto de una remisería del barrio que habíamos pagado a medias con otra amiga. Yo me bajé, vinieron los móviles y estaba Guillermo Andino, al que aclaro quiero mucho, pero en ese momento dijo 'me parece que es una testigo medio trucha'".
Entre risas, la conductora admitió que la situación fue toda bastante extraña y se prestaba para la confusión: "Después pudimos entrar pero bueno, era extraño".