La internación de Antonio, el hijo de Luis Ventura y Fabiana Liuzzi generaron preocupación. No es la primera vez que sucede, pero esta vez fue distinto por las complejidades que surgieron. Le eliminaron un medicamento, y eso derivó en todo lo que vino.
El día después, Luis Ventura se refirió al tema. Ya había hablando en redes sociales, pero ahora profundizó. “Estamos en presciencia que nadie de manera prematura, de 6 meses y medio. Un niño que pesaba 700 gramos, que tuvo su complejidad a partir de su nacimiento. Estuvo en incubadora para formar el cuerpito, un cuerpazo que tiene hoy”.
Consultado sobre qué tiene, manifestó: “Es confuso…porque son palabras nada más. Tenés que hablar de procederes. Porque te dicen que es una rama del autismo, te dicen esto te dicen lo otro. Te dicen que tuvo, en uno de los hemisferios del cerebro, que tuvo infartos que dejaron heridas”.
“Van cicatrizando esas heridas y va recuperando, por ejemplo el habla. Yo tengo un hijo de 10 años que no habla todavía. Emite sonidos y se hace entender cuando está feliz, cuando está enojado, cuando tiene hambre…hay que saber entender ese lenguaje, porque si no lo interpretar esos episodios es un enojo”, manifestó.
Sobre los episodios, aclaró: “Es un estallido porque tiene hambre o una explosión de dolor, que le está pasando algo que los mayores no interpretamos qué le duele. No sabés si es el oído, la muela, el dedo gordo...es una observación permanente del día a día de su crecimiento”.
“Un madraza que está las 24 horas…en neurología no hay nada que sea exacto. Es prueba y error. Entonces, por observación de Fabiana, la mamá, se le cambió la medicación. Eliminado medicamentos del control de ataques, él tiene ataques y convulsiones. El tema es que cuando tiene ese estallido, ya no es un niño, es un hombre que desborda ya a su mamá físicamente", remarcó.
Yendo al foco de lo que está atravesando él como papá, contó: "Yo que jugué toda la vida de mano, muy varonero, con los varones juego así. Sé jugar con nenas, porque tengo sobrinas, pero con los varones juego así, y hoy se me ha vuelto en contra porque en el mano a mano con mi hijo me desborda muchas veces, porque muerde, me rasguña. No lo podés parar. Hay que estar 24 horas pendientes de lo que hace mi hijo”, subrayó.