La relación entre Guillermina Valdés y Sebastián Ortega fue una de las más estables del ambiente artístico, al igual que la de los padres del productor, Evangelina Salazar y Palito Ortega. Muchos creían que seguirían su legado, y más aún cuando, tras 11 años juntos, la pareja decidió casarse en una ceremonia muy particular, lejos de las tradiciones habituales. Te contamos cómo fue el festejo en el que no hubo vestido de novia, traje, ni pudieron asistir menores, incluyendo sus hijos.
Sebastián y Guillermina comenzaron su relación en 1998, cuando el productor quedó flechado por la belleza de la modelo y de inmediato la invitó a salir. Tres años después, nació su primer hijo, Dante, seguido de Paloma y Helena
Tras once años juntos, la pareja decidió dar un paso más en su relación y, se casaron en una ceremonia inusual. A diferencia de las bodas tradicionales, Valdés y Ortega optaron por no avisar a sus familiares y casarse casi en secreto.
El 25 de septiembre de 2009, la pareja llegó al Registro Civil ubicado en la calle Coronel Díaz junto a dos amigos y Sandra, la mamá de Guillermina. Después de una ceremonia corta, los recién casados intercambiaron alianzas. Lo raro fue que no hubo ningún miembro del clan Ortega presente, ni siquiera sus hijos.
“Esto fue más que nada un trámite y no queríamos que se armara mucho revuelo. La idea es festejar en privado, en familia, por eso mis padres no vinieron”, aseguraba Sebastián a Pronto en 2009.
Guillermina no vistió el tradicional vestido blanco, sino que optó por un look relajado: jeans azules, una blusa roja, botas nude y una cartera a juego. Llevaba el pelo recogido con una simple gomita negra. Ortega también lució un estilo informal con jeans rotos, zapatillas negras, un sweater del mismo color y gafas de sol.
Valdés confesó que no había puesto muchas expectativas en el casamiento y prefería vivir el momento de manera espontánea. Sin embargo, admitió: “Nos casamos con muchas ganas, como hacemos con todas las decisiones que tomamos en pareja. Fue fue emocionante, la boda tal como la había soñado… bueno, no”.
Al retirarse del Registro Civil, la pareja fue a buscar a sus hijos al colegio y se retiraron a su domicilio. El festejo fue al día siguiente en su casa donde montaron una carpa blanca en el jardín con barra de tragos y un DJ que pasó música. El menú consistió en sushi, pizzas caseras y quesadillas. De postre hubo herado y luego sirvieron café.
En esa ocasión, la novia vistió un mono multicolor de Benito Fernández y el pelo atado. El productor optó por un cardigan azul , un pantalón suelto color crema y las mismas zapatillas negras que usó para el civil.
Esta vez, los familiares y amigos estaban invitados. Los primeros en llegar fueron los hermanos Ortega: Martín, Julieta, Emanuel, Luis y Rosario. Todos asistieron al evento en solitario.
Evangelina llegó sola y llamó la atención. La actriz sostuvo: “Me sorprendió este casamiento porque Sebastián es muy especial. Le avisó a su padre y Ramón le dijo que no iba a poder estar porque tenía compromisos asumidos en Perú”. Y añadió: “Me pone un poco triste que no esté”.
Visiblemente incómoda, Evangelina explicó que no fue invitada al civil: “No me invitaron. En realidad dos horas antes, me llamó Sebastián y me dijo ‘hoy me caso, ¿vas a venir, mamá?’. Y le dije que de ninguna manera, que me tenía que producir”.
Al parecer, los familiares sí sabían del casamiento pero no asistieron ya sea por falta de deseo o porque no fueron invitados. Por las palabras de Evangelina se puede suponer que la primera fue la que primó: “Sebastián me dijo: ‘Pero mamá, si no te enteraste que hoy me casaba’. Y le contesté: ‘es verdad, sabía. pero cuando te vea entrar no me voy a poder quedar callada’”.
Aparentemente, madre e hijo tuvieron diferencias respecto a cómo celebrar la boda. La ausencia de Palito y el estilo descontracturado de los novios no fue del agrado de Salazar que aseguró: “Para no pelearme, no me hice invitar”.
Aunque todo parecía soñado, el matrimonio no funcionó y dos años más tarde la pareja se separó. Tras la ruptura, Guillermina comenzó una relación con Marcelo Tinelli, con quien tuvo a su hijo menor, Lorenzo.
Por su parte, Sebastián mantuvo una relación de 10 años con la modelo Carla Moure, pero en junio de este año también llegó a su fin. A lo largo de los meses, se lo vinculó con varias mujeres, pero el verdadero revuelo se desató cuando oficializó su noviazgo con Valentina Zenere, actriz protagonista de "El Barro", la última serie en la que Ortega está trabajando.