Florencia Raggi, actriz y madre de dos hijos, Renata y Francisco, fruto de su relación con Nicolás Repetto, se mostró abierta en una reciente entrevista con Héctor Maugeri para el programa +Caras. En la conversación, Raggi habló sobre el presente de sus hijos, el orgullo que siente por ellos y las emociones que le despiertan los cambios en su vida familiar. Además, reveló los desafíos que enfrentó al adaptarse al "nido vacío" cuando sus hijos se independizaron, un proceso que, aunque natural, fue más difícil de lo que ella misma esperaba.
Renata, la mayor de los dos, actualmente vive en España, donde trabaja como project manager y diseñadora gráfica, un camino profesional que, según su madre, refleja aspectos tanto de su propia personalidad como de la de Nicolás Repetto. "Renata es súper tenaz, Nico también y yo muchísimo. Ella tiene un carácter muy fuerte. Es súper sociable, muy amiguera, le gusta organizar programas... Eso lo sacó a su padre", explicó Raggi con orgullo.
Por otro lado, Francisco, el menor de los dos hijos, ha seguido una carrera completamente distinta: es chef, y acaba de regresar de un tiempo fuera. Aunque más reservado, Francisco también tiene rasgos que Raggi identifica como propios. "Fran es más tímido, en eso es parecido a mí, pero es muy carismático", comentó la actriz, dejando en claro el fuerte lazo que tiene con ambos.
Durante la entrevista, Raggi no pudo evitar emocionarse al recordar momentos compartidos con su familia a lo largo de los años. "Me emociona hablar de mis hijos. Porque los amo. Son buena gente, sanos. Eso me da mucha alegría", confesó con los ojos brillosos mientras repasaba fotos de su vida en familia. La actriz destacó que, a pesar de las dificultades que trae la independencia de los hijos, la satisfacción de verlos crecer y formar sus propias vidas es inmensa.
Sin embargo, este proceso no fue fácil para Raggi. En una parte más íntima de la entrevista, la actriz habló sobre lo que significó para ella enfrentarse al "nido vacío". "Los dos se independizaron muy pronto. No tengo nada para decir porque a los 18 yo vivía sola, pero yo me imaginé que en su coyuntura no iba a ser tan pronto", confesó. Renata, por ejemplo, dejó la casa familiar a los 21 años, algo que resultó ser un momento mucho más difícil de lo que Raggi había anticipado.
"Me habían dicho que la adolescencia era difícil y yo decía 'a mí no me va a pasar'. El nido vacío tampoco es fácil. Sentía que me habían desmembrado, que me habían quitado parte de mi cuerpo. Me llevó tiempo armar los pedacitos", confesó la actriz con notable sinceridad. Aunque entendía que era un proceso natural y saludable para sus hijos, el impacto emocional de la separación fue profundo. Raggi reconoció que vivió ese tiempo con mucha angustia y lo expresó a través del llanto, algo que describió como un duelo por una etapa que había terminado.
A pesar de la dureza de esa transición, Florencia Raggi ha sabido encontrar el equilibrio para adaptarse a esta nueva etapa de su vida. "Es un duelo a una etapa que se terminó. Ahora hay que darle paso a otra etapa", reflexionó la actriz, dejando en claro que, aunque el vacío que dejaron sus hijos al irse de casa fue difícil de manejar, ha aprendido a darle la bienvenida a esta nueva fase de su vida con aceptación y esperanza.