El martes por la noche, la colonia artística fue sacudida por la triste noticia del fallecimiento de Selva Alemán. La actriz tenía 80 años y no había tenido ningún inconveniente de salud que permitiera sospechar este final.
Decena de artistas expresaron su dolor en redes sociales y ofrecieron condolencias públicas para Arturo Puig, su compañero de toda la vida. Carlos Rottemberg fue uno de ellos pero además, estuvo junto al actor en la Clínica, acompañando esos primeros minutos devastadores.
En diálogo con "Arriba Argentinos", el productor compartió su tristeza pero también destacó una de las cualidades más lindas de Selva, que estaban por fuera de su vida laboral: "Nos conocimos hace 45 años, haciendo temporada juntos y la vida nos hizo amigos. Con Karina, mi mujer tenemos recuerdos de su generosidad, sólo palabras de agradecimiento por gestos de amor, de abuela. Era un placer verdaderamente compartir con ella", explicó.
En Julio del 2016, Carlos Rottemberg se convirtió en padre de Nicolás, a sus 59 años. Selva y Arturo estuvieron a su lado en ese momento tan lindo pero también en los años previos, donde todo era dolor y frustración por tratamientos de fertilidad fallidos. Tres años después, se repetiría la alegría con la llegada de Matilda Rottemberg, momento en el que también la pareja acompañó.
Justamente esa calidez, esa capacidad de contener a sus amigos es lo que todos sus amigos (algo que quizás el público desconoce) fue lo que más destacaron sus afectos en las últimas horas.
La muerte de Selva, para el productor y su esposa fue mucho más que la pérdida de una actriz, sino la de una amiga genuina, sincera: "Estaba llena de vida. Se sintió mal a la mañana, después se repuso pero al mediodía se sintió mal de nuevo. Nada hacía prever un desenlace así. Por eso provocó tanta conmoción".