Los últimos meses fueron tan vertiginosos como intensos y dolorosos para Gabo Usandivaras (36), quien después de una lesión en la rodilla quedó afuera de la obra Sex, de José María Muscari, y no solo tuvo que enfrentarse a la prueba de rehabilitarse y aprender a caminar de nuevo sino que, además, según cuenta se sintió abandonado por el director y la producción, lo que le provocó angustia, incertidumbre y desesperación.
Eso se sumó al desamparo que viene viviendo hace años ya que primero falleció su mamá, víctima del cáncer, y hace dos años su hermana Giselle tomó la drástica decisión de quitarse la vida, lo cual le dejó al bailarín una sensación de profundo vacío existencial. "Estoy transitando una sensación de profunda orfandad", confesó en una charla íntima con Pronto.
Y por primera vez habló largo y tendido sobre la lesión que lo alejó de su oficio y el inminente juicio que lo enfrentará a Muscari y la producción de Sex en la Justicia. ¿Qué fue lo que le pasó concretamente? Gabo lo relató así: "En Sex tuve un accidente en la rodilla, en plena función, y fue tremendo. Después de eso, por primera vez me pasó de encontrarme en una situación de salud de inestabilidad, precariedad y necesidad en la que no tenía el soporte de una familia. La carencia y la ausencia que venía trabajando en los últimos años, a partir de mi accidente en Sex se vio mucho más manifestada. El fantasma de la ausencia y la carencia por momentos vuelve y me da batalla. Cuando sentís que lo pudiste dormir, de repente vuelve otra vez y es duro. Durísimo".
-¿Qué te pasó en la rodilla?
-Fue así: en 2018 yo había tenido una lesión en la rodilla bailando un acuadance en ShowMatch. Ahí me romí los ligamentos cruzados y quedaron agarraditos de un hilo. No se cortaron pero estaban agarraditos muy débiles. De todos modos, mi pierna se sostuvo impecable en todos estos años y nunca dejé de bailar. Continué con mis piernas fuertes, manteniéndolas entrenadas y con fuerza. El medio te imprime esta cosa del “show must go on” (el show debe continuar) y nunca paré. Año tras año estuve en el Bailando y en el teatro y gracias a Dios nunca paré, entonces mi cuerpo se mantenía entrenado.
-¿Hasta que…?
-El 1° de febrero de este año, en plena función de Sex, bajando de un truco que me estaba haciendo Maxi Diorio, mi pierna hizo un juego y me lesioné. Me lastimé el menisco y me quedó doblado, entonces no me permitía volver a trabar la rodilla. Esto pasó al toque de que arrancó mi cuadro: sentí el “tac” en la pierna y continué bailando y haciendo todo el show pero a medida que iba haciendo la coreografía, sentía como se me iba desvaneciendo la pierna. Estaba bailando en tanga y no me iba a tirar así al piso, entonces seguí bailando hasta por mi dignidad, te diría. Cuando terminé el cuadro, crucé con muchísima dignidad el telón y me caí al piso directamente, muerto del dolor. Traté de acomodarme la rodilla y meter la rótula pero no pude.
-¿Te dolía?
-Muchísimo. Ahí bajó la adrenalina, empezó a subir el frío del cuerpo y apareció con todo el dolor. No pude caminar más y me quedé tirado ahí. Llamaron a la ambulancia pero no me hicieron nada más que darme un ibuprofeno. Al otro día me tuve que ir a hacer estudios y arrancó un proceso tremendo, con operación incluida. Tuve la mala suerte de identificar que la productora no tenía ART y solo un seguro bastante paupérrimo para poder cubrir lo que representaba mi lesión de meniscos. Si bien la operación fue de ligamentos y meniscos, ni siquiera se hicieron cargo del accidente del 1° de febrero. Nada de nada.
-¿Hablaste con José María Muscari en persona? ¿Le pediste ayuda?
-Sí, por supuesto. Muscari fue muy gráfico en querer dejarme claro que él en ese momento estaba con la prioridad de ser padre y que es director de la obra pero no productor. Entonces, le derivó toda la responsabilidad a su socia, Paola Luttini, y que lo hablara con ella. Tuvimos un encuentro, le expliqué todo lo que me estaba pasando y los gastos a los que me tuve que someter. Mi obra social cubrió la operación millonaria que fue y ahora estoy pagando 250 mil pesos por mes de obra social porque estoy haciéndome cargo de la operación en cuotas.
-¿O sea que te estás haciendo cargo vos de la operación?
-Sí. Para que me lo cubriera la obra social, me hicieron una co-cuota y tengo un gasto enorme mensual. Después en la rehabilitación también gasté una fortuna, entre el traslado en Uber y el valor de la sesión, no bajaba de 30 mil pesos por sesión y necesitaba dos o tres por semana. Desde el 10 de marzo dejé de recibir mi sueldo de Sex y me cayeron todos estos gastos. Me resultó imposible.
-¿Tenías un contrato firmado?
-Sex tiene la particularidad de que se autopercibe como una cooperativa y ellos en ese marco justifican tener contratos eventuales de tres meses. Así es como se autoperciben pero legalmente es irregular ya que le estamos facturando hace años y para la Justicia pasada cierta cantidad de meses, pasás a ser empleado en relación de dependencia en la facturación. Se manejan con unos grises que les permiten tener cierta impunidad o beneficios. Hay cero dignidad laboral y Sex es una de las grandes obras, que está en cartelera hace cinco años agotando y recaudando unos buenos millones. Imaginate que si yo estaba muy conforme con mi sueldo y era un porcentaje menor, lo que deben facturar globalmente las productoras Paola Luttini y Gisela Mateos más José María Muscari y Mati Napp. Son las cuatro personas que tendrían que responder por mí y nadie tuvo siquiera la empatía de preguntarme si necesitaba un ibuprofeno. A nivel humano, nada de nada.
-¿Nada?
-La única propuesta que me dieron fue trabajar para las redes sociales de ellos, entonces tenía que ir operado con las muletas al Gorriti Art Center y generar contenido con los lubricantes que ellos tenían de canje y a cambio me iban a pagar lo que sería menos del 50 por ciento de mi sueldo. Les dije que no porque no estaba en condiciones físicas, motrices ni de estímulo para ir a hacer ese contenido paupérrimo. No fue grata la única forma en la que me brindaron ayuda.
-¿No volviste a hablar con alguno de ellos?
-Nunca más me respondieron y ni siquiera contestaron las cartas documento que fui mandando. La única que respondieron fue para negar absolutamente todo, al punto de que casi negaron conocerme. Entiendo que son procesos legales largos y los abogados de cada uno nos guiarán.
-¿Estás en juicio?
-El 9 de septiembre tendré una audiencia con ellos para una mediación, que es previa al juicio. En caso de que no se presenten o no suceda algo, comenzará el proceso judicial. Más allá de eso, comencé a formar mi cuerpo a los 9 años y bailo sin parar desde los 16, con lo cual llevo 20 años trabajando y bailando. He construido mucho en mi carrera y encontrarme en esta situación me angustia porque pertenecía a una gran compañía, como lo es Sex, y de repente tuve menos derechos que una empleada doméstica o una persona que hace la limpieza en una casa de comidas rápidas. No hay piso de dignidad para el artista y eso me desespera.
-¿Fue dolorosa la operación?
-Sí, muy y peor fue el post operatorio. Cuando me desperté de la anestesia, descubrí que tenía una pierna articularmente muerta. Tuve que aprender a caminar desde cero, bañarme sentado, pasar 20 días con un papagayo al lado de mi cama y con mucha crudeza alrededor. Entiendo que nadie se murió de una operación de ligamentos y meniscos y no es el fin de nadie pero sentí mucho miedo. Para un bailarín tener el motor quieto, que tus empleados brillen por su ausencia y que una de las productoras me dijera que esto lo hacía para sacarles dinero, fue denigrante. Simplemente estoy reclamando mis derechos laborales y ellos responden con que los estoy extorsionando para sacarles plata. Dentro de las carencias y las ausencias afectivas de las que te hablé antes, acá fue volver a sentir carencia de dignidad laboral y de autoridad por parte de mis jefes. Me sentí más que vulnerable y más en este presente económico tan delicado que atravesamos los argentinos. Todo aumenta y yo no tenía respuestas ni ayuda de nada. Ni siquiera podía dar clases porque no podía caminar y tampoco podía salir a buscar laburo de nada.
-¿Cómo sobreviviste en lo económico?
-Con los duelos de mi vieja y mi hermana, me había comido los ahorros que tenía hasta el momento. Cuando fue lo de mi vieja, salí de viaje y quise reestructurar mi vida invirtiendo toda la plata que tenía en esa experiencia. Cuando fue lo de mi hermana, me gasté toda la plata que había ganado estando un año encerrado, que era lo que necesitaba. Empecé a laburar de vuelta, Muscari me llamó para Sex y me hizo una recontra propuesta, así que reactivé y lo di todísimo. Pero a posterior me agarró esto sin tener un colchón nuevamente armado. Tampoco tenía una mamá o un papá a quienes pedirles ayuda con el alquiler. Sentí demasiada frustración y despertó todos los miedos y trastornos por los cuales había pasado años atrás con lo de mi hermana. Me veía con el tablero en una situación bastante similar a cuando mi hermana tomó su decisión.
-¿Pensaste en quitarte la vida?
-No en esta ocasión pero en el 2022 sí estuve re loco y cruzado psicológicamente. En este momento, no fue así. Tengo en claro que no me voy a matar; sé que no lo voy a concretar. Pero sí es algo que me da vuelta en la cabeza y sé que es una posibilidad que existe ya que me lo demostró mi hermana. Sabía que existía el suicidio pero hasta que no lo comete una persona tan cercana a vos, no tomás dimensión de lo que significa. Y lo que implica quedarte de este lado. Hay una persona que se muere pero la que transita la muerte es la otra persona que se queda.
La entrevista completa con Gabo Usandivaras está en la edición digital de septiembre de revista Pronto, se puede descargar y leer de manera gratuita haciendo click en este link