Dicen que uno termina de conocer a su pareja el día en que toma la decisión de separarse y al parecer, Wanda Nara y Mauro Icardi lo estarían comprobando. Las últimas semanas han sido de estrategias, traiciones, insultos, peleas y golpes bajos tanto de uno como de otro lado, pues en esta guerra, ninguno de los protagonistas parece tener límites a la hora de dañar al otro.
Pero lo que llamó la atención de la gente fue el hecho de que después del blanqueo de Icardi y la China, Wanda mantuvo un sorprendente silencio mediático. Ángel De Brito de hecho, habló con ella al respecto y descubrió que no la estaba pasando nada bien.
"Me cuenta que hay situaciones con las hijas, cosas que están pasando y que yo no puedo contar mucho. Pero básicamente se está dedicando a eso y por eso no se muestra tanto en los medios", explicó el periodista en su ciclo de streaming.
"Ayer a la noche me escribió. Se ve que vio LAM más tarde y me comentó que estaba tranquila y ocupándose de esos asuntos. También admite que lo que más le molesta es que los días en los que Mauro estuvo con las nenas, no pasó tiempo a solas con ella. Siempre con la China", agregó.
Pero hubo un punto de quiebre, algo que le ha dolido a Wanda más que cualquiera de las otras actitudes que tomó su ex en estas semanas y tiene que ver con los hijos que ella tuvo con Maxi López. "Mauro los tiene tatuados, compartió 10 años con ellos, desde chiquitos, los crio prácticamente y ahora ni se hablan. Los chicos han vivido varias situaciones, les ha hecho cosas que no da... no quieren saber nada con él", le dijo la mediática.
En la conversación, Wanda hizo énfasis en lo mucho que le da dolido esta postura, pues los menores deberían haber quedado siempre al margen de los conflictos entre adultos. Para ella, el destrato a sus varones no tiene olvido ni perdón.