Tras su paso por Gran Hermano, Catalina Gorostidi logró consolidarse en los medios, participando en ciclos de streamings como All Access de Telefe, así como también en LAM (América TV). Aunque su popularidad le abrió puertas en el mundo del entretenimiento, también le trajo críticas en las redes sociales sobre su fisonomía. Lejos de quedarse callada, la exparticipante de Santiago del Moro respondió y explicó la enfermedad que enfrenta.
Confirmada su separación con Joel Ojeda, a quien conoció dentro de la casa más famosa del país, la exhermanita viajó a Punta del Este para poder escapar de la turbulencia que trajo la ruptura a su vida y no dudó en compartir algunas imágenes disfrutando de la playa a través de su cuenta oficial en Instagram (@catagorostidi) donde acumula más de 600 mil seguidores.
En uno de los posteos compartidos, no solo se la vio a punto de abordar un vuelo en helicóptero, sino también disfrutando de las diversas atracciones del balneario uruguayo. Sin embargo, terminó recibiendo una avalancha de comentarios que despertaron preocupación por su apariencia física.
Luego de que las fotografías en bikini que subió a su perfil desataron todo tipo de reacciones, algunos, bajo el paraguas de la admiración, le pedían secretos de dieta mientras que otros, en cambio, le dejaron crueles comentarios cuestionando su delgadez, Catalina decidió enfrentar las críticas y al hacerlo, se sinceró sobre los problemas de salud lejos de las cámaras, y redes sociales.
“Me están hateando absolutamente por flaca ahora”, planteó Gorostidi en el ciclo de streaming All Access al referirse sobre las críticas a su cuerpo, que aseguró recibe desde los 17 años. En este sentido, la exparticipante de Gran Hermano (Telefe) reveló: “Un día me pesé y era más de lo que pensaba. Ahí empecé a bajar, bajar, bajar... y así comenzaron mis trastornos alimenticios".
En cuanto a los altibajos que afrontó al tratar su diagnóstico de salud mental, la exjugadora del reality aseguró: "Esto es algo que tiene altos y bajos. Un día te sentís bien, otro día te caés. Y luego están los comentarios: ‘Qué hermosa, pasá la dieta’, o al contrario: ‘Qué anoréxica, inmunda’. Aumentás dos kilos y ya empiezan: ‘Otra vez gordita’”.
"A los 18 años casi me ponen una sonda nasogástrica porque ya no podía comer sola. No llegué a eso, por suerte. Obviamente que estoy con psicólogos, porque no es que la enfermedad se cura así nomás. Tenés que estar acompañado”, subrayó Catalina para luego compartir que si bien las constantes opiniones sobre su cuerpo tienen impacto psicológico en ella, también padece rabdomiólisis.
Se trata de una enfermedad grave que afecta sus músculos y limita su capacidad para realizar actividades físicas. "Debido a la rabdomiólisis que tengo, no puedo hacer ejercicio. Entonces es todo un problema que tengo porque las enzimas del músculo me suben y me puede afectar al riñón. Es todo un combo complicado que lo estoy tratando con mi psicólogo que lo amo”, concluyó.
El testimonio de Cata terminó siendo positivo porque concientiza sobre una problemática muy extendida. Es fundamental la alimentación sana y consultar a un médico , nutricionista o pscicóloo ante cualquier duda que surja.