El micromundo de Punta del Este es mucho más que mar, mansiones y precios exorbitantes (en la playa un choclo cuesta US$3,5, un churro con dulce de leche, US$3 y un porrón de cerveza nacional US$8). Lo que algunos denominan "el paraíso esteño" también es fiesta y mucho glamour. En ese último rubro, el que por ahora se lleva todos los aplausos al evento más exitoso es Giussepe Cipriani. El empresario vive en Nueva York, pero suele pasar largas temporada en Venecia y en Punta del Este. Gin Tonic, como bautizó a su residencia uruguaya, es uno de los puntos de encuentro del jet set argentino e internacional que pasa enero en Punta. Hasta allí llegaron más de 200 invitados VIP para disfrutar de un evento donde se disfruta, se mira y se es mirado.
La lista de invitados incluyó a la mayoría de las celebridades vernáculas como Pampita y Valeria Mazza que se mezclaron con empresarios, modelos internacionales como Esther Cañadas, banqueros y hasta algún intelectual como el escritor Jean Paul Enthoven. Todos los invitados deslumbraron con sus looks.
Las mujeres lucieron impactantes, unificadas y a su vez diversas. Eligieron vestidos largos, cortos, de diferentes texturas, con trasparencias o sin ellas pero todos mostrando o insinuando cuerpos de hegemónica belleza. Los hombres adhirieron a un dress code elegante pero sin formalismos. No hubo corbatas, smoking ni trajes, sí ambos, camperas de cuero y camisas muy cancheras.
Con una temperatura ideal, entre alfombras persas y carpas al estilo marroquí, los invitados bebieron Bellini, creación emblemática de la casa. Al momento de saciar el hambre degustaron los mismos manjares italianos que se sirven en todos los restaurantes Cipriani alrededor del mundo e incluyen delicias mediterráneas, pastas italianas y ensaladas frescas y sin calorías.
Lejos de los tiempos turbulentos que provocó su separación, Emilia Attias se dedicó a disfrutar. Lució unas botas de caña alta de color marrón que acompañó con una mini y un top que destacaban su sensual belleza.
Pampita llegó con esa sonrisa que parece tiene incorporada. Llevó un vestido negro con recortes extremos. La misma prenda pero en color rojo con sus estratégicos cut out la lució en julio del año pasado para un evento con Antonio Banderas.
Entre los top entre los top se vio a la periodista ítalo-argentina Patricia Della Giovampaola, junto a su pareja Jean Paul Enthoven. Pocor recordaron que el intelectual francés protagonizó su propia novela cuando su ex, Carla Bruni, se enamoró de su hijo Raphaël, con quien tuvo a Aurelien, su nieto.
Con 51 años, la siempre impactante Andrea Bursten fue otra de las que no se quiso perder la fiesta. La modelo que brilló en las pasarelas en los 90 y hoy es una empresaria gastronómica lució un vestido de El Camarín que mostraba sus piernas kilométricas.
Con estilo descontracturado o como un imitador local de Adam Sandler, Sebastián Ortega fue fiel a su costumbre de vestir de un modo informal que suele provocar las críticas de su madre, Evangelina Salazar. Aunque era de noche, el productor no se quitó su gorra roja.
Mía Flores Pirán fue otra de las invitadas. La hija de Ginette Reynal volvió a cautivar con su serena imagen. Se la vio divertirse, charlar con otros invitados aunque no con su ex cuñado, Sebastián Ortega
Una de las parejas más entretenidas de la noche fue la de Sofía Zámolo y su marido José Félix Uriburu. El matrimonio dejó a su hija California, para disfrutar de una salida solos.
Sin la compañía de su mamá, Gege Neumann ni de su tía, Nicole a la que también se la vio disfrutar fue a Helena Otamendi. La hija mayor de la modelo y del fotógrafo y filmmaker Jorge Otamendi, lució un vestido corto negro. Digna heredera Neumann no se intimidó ante los flashes.
La música y el baile siguieron hasta el amanecer en lo que fue una noche inolvidable para el anfitrión y sus invitados. La fiesta de Giuseppe Cipriani fue un auténtico éxito de convocatoria, uno de esos eventos donde todos quieren ir pero pocos pueden estar.